José Antonio Ferrer es una de las 40 personas que acuden todos los días al comedor social La Milagrosa, que está a cargo de las Hijas de la Caridad. Aquí recupera fuerzas y mantiene un rato de conversación con los compañeros. Su situación dice que es "desesperada", al igual que la de todos los que acuden a comer.

Cobra al mes una pensión de 337 euros con la cual apenas paga el alquiler de su vivenda y el resto tiene que ser todo de la caridad. Ferrer es huérfano y asegura que siempre se las ha apañado solo, pero que la situación de crisis "me ha hundido mucho". Lleva ya bastante tiempo sin trabajo y no sabe cuanto más podrá aguantar así.