TCton el paso de los años mi inocencia se ha convertido en un arma menos ingenua, he aprendido a golpes de decepciones, he descubierto con cierta desolación, que era falso el dicho "todo el mundo es bueno" que cándida mentira la que se viste con palabras, los buenos propósitos no son más que una asignatura suspensa, una utopía que conduce al precipicio de un áspero despertar.

Mi confianza ha sido quebrantada hasta lograr trocar mi idealismo sobre la vida, me ha tocado descubrir la cara menos dulce, he aprendido a mirar de reojo y a ser suspicaz, a no golpearme con la misma piedra, tanto desengaño ha ganado la partida a esta altruista forma de ser, al final he resuelto en crear una coraza para evitar más dolor gratuito.

Algunos piensan que no todo lo malo que nos sucede es causa de un castigo que merezcamos, que a veces sirve para crecer como personas y fortificarnos, yo solo sé que con esta madurez que capitalizo no hay barreras que me detengan y que detrás de una caída viene un impulso para lograr levantarme, caer está permitido, levantarse es obligatorio y todo lo que hoy me hace daño, en el futuro me hará mas fuerte.

Dicen que todo forma parte de un juego al que unos llaman destino, de los que algunos aseguran que es un tratado ya escrito, yo solo creo en el poder de mis acciones, en la causa y el efecto, el destino no es lo que va a ocurrir, es lo que queramos que suceda y si se trata de un juego, yo quiero jugar con honradez, con principios, con lo mejor de mí y no perder jamás el norte de mis hechos.

El insigne William Shakespeare escribió esta frase para el recuerdo de nuestros días, "es más fácil obtener lo que se desea con una sonrisa que con la punta de una espada", así que enterraré mi hacha de guerra afilada y pondré en práctica su mensaje y a cada golpe de vida dibujare en mi rostro la mejor sonrisa, esa línea curva que lo endereza todo.