Javier Fernández Solana, un joven hostelero de 30 años, ha presentado la única oferta al concurso convocado por el ayuntamiento para la concesión temporal de la utilización del edificio-bar del ferial y de su entorno. La mesa de contratación, órgano del ayuntamiento, abrió ayer la plica con la oferta de Fernández, que pasa a estudio por los técnicos municipales. Si los informes son favorables, el ayuntamiento le adjudicará el concurso. Fernández confió ayer en que pueda iniciar su actividad en la segunda quincena de marzo. La concesión de este bien municipal (el quiosco y el terreno que está entre este edificio y el hangar) es por un año.

Fernández explicó que invertirá un mínimo de 36.000 euros, de los que 15.500 se destinan al canon que debe abonar al ayuntamiento. Detalló que su proyecto consiste en adecuar el entorno del quiosco, que está próximo a la entrada al hípico, para destinarlo a terraza con la colocación de "una moqueta o césped artificial, con sillas y mesas, calefactores y un toldo", además de un equipo de música. Esta terraza ocupará "500 de los 3.775 metros cuadrados" afectados por esta concesión temporal y "estará vallada", indicó Fernández.

Fernández comentó que habrá "dos tipos de venta, para la terraza y bar y para el botellón", que se celebra en el ferial cerca del quiosco. También tiene previsto la venta de bocadillos. En cuanto al horario de apertura, indicó que "no se ha concretado", además en el pliego de condiciones de la concesión "no se fija qué tipo de licencia" se da.

Otras ofertas En su propuesta incluye otras ofertas de ocio como barbacoas y bancos en el resto del terreno, un rastrillo los domingos y celebración de conciertos "gratuitos al menos una vez al mes", aunque esto depende de la obtención de la autorización de la Junta, "permiso que se está tramitando", explicó.

Aunque este autónomo se dedica a la hostelería desde hace 3 meses, es de familia de hosteleros, que gestionan el bar La Rueda, en el polígono de la N-521.

El inconveniente del ferial es su calificación urbanística. El terreno se destina a usos de servicios urbanos (grandes infraestructuras, como recintos feriales) y no a usos públicos, como los de ocio, recreo o culturales.