La defensa del presunto autor del atropello mortal en la avenida de la Hispanidad solicita su libre absolución o que, a lo sumo, lo ocurrido sea considerado como un delito de homicidio por imprudencia menos grave, penado con una sanción económica. Los hechos serán juzgados por el Juzgado de lo Penal Número 2 de Cáceres el próximo 12 de diciembre.

Tal y como adelantara este diario la Fiscalía Provincial de Cáceres solicita para el investigado dos años y medio de prisión por los delitos de homicidio imprudente grave y contra la seguridad vial por conducción temeraria. Además, en concepto de responsabilidad civil, pide que indemnice a la familia de la fallecida con 134.435 euros. Por su parte la acusación particular, que representa a la familia de la víctima, solicita cuatro años de prisión por los mismos delitos.

Los hechos ocurrieron en la avenida de la Hispanidad el pasado 11 de noviembre, en el paso de peatones que se encuentra justo frente a la entrada por la que los autobuses acceden a la estación. En el atropello falleció María José Ojeda, una joven de 25 años que se dirigía en ese momento a coger un autobús para regresar a Montánchez, de donde procedía. Fue atropellada en mitad del paso de cebra, cuando ya estaba a punto de llegar a la acera de la estación de autobuses (cruzó desde el bulevar que hay en mitad de la vía).

POR LA DERECHA / El vehículo que la arrolló, un Mercedes, la golpeó con la parte derecha. Fue desplazada varios metros por el fuerte impacto, hasta que su cuerpo quedó atrapado bajo otro vehículo que se encontraba estacionado en esa misma avenida.

Según el atestado de la Policía Local el autor del atropello circulaba a 73 kilómetros/hora, cuando el límite de velocidad en ese tramo de la vía es de 50. Sin embargo el acusado desmintió este extremo cuando prestó declaración en el juzgado el pasado diciembre, un mes después de que ocurriera el trágico accidente. Ante el juez aseguró que no vio a la joven, por lo que no pudo evitar el siniestro. Afirmó que circulaba a 50 kilómetros por hora y que, mientras recorría la avenida, no observó a nadie con la intención de cruzar la calzada.

Solo se percató, dijo, de que alguien entró muy deprisa en el paso de peatones cuando llegó a un punto cercano al mismo, en el que hay un árbol que resta visibilidad, pero entonces no le dio tiempo a detenerse y la arrolló. Manifestó además que la joven iba distraída mirando algo que tenía en las manos (no precisó de qué se trataba).