Julio Díaz Corredera confirmó ayer su nuevo nombramiento como comisario de Segovia. En esta entrevista hace balance de su paso por Cáceres, ciudad a la que llegó el 16 de enero del 2003 como jefe de la Unidad de Proximidad. Desde su puesto ha luchado contra los malos tratos y ha reclamado la necesidad de una nueva comisaría.

--¿Qué valoración hace de estos años en la ciudad?

--Siempre he estado implicado en el funcionamiento de la comisaría y la valoración que hago de esta etapa es muy positiva, tanto en el plano personal como en el profesional. En el primero me gustaría decir que en Cáceres me han recibido con los brazos abiertos, me he integrado muy bien en la sociedad. Las instituciones, y sobre todo los ciudadanos de Cáceres, son gente estupenda, con una forma de vida que a mí me va, que es la que yo entiendo. También me voy triste porque abandono a muchos y muy buenos amigos, que me tendrán aquí de vez en cuando. En el ámbito profesional me ha pasado igual. La plantilla se ha portado conmigo muy bien. Creo que el trabajo realizado es positivo y me voy con la satisfacción del deber cumplido.

--¿Por qué ese traslado?

--Por acercamiento a mi familia. Llevo tres años y un mes viviendo en Cáceres. Mi mujer y mis hijos no se han podido trasladar y la proximidad y necesidad de estar más cerca de ellos es la única causa por la cual me muevo de Cáceres. Si no, aquí acabaría mi vida profesional y puede que hasta mi vida personal, porque me siento muy bien aquí.

--¿Qué destaca de su gestión, cuáles han sido los momentos más difíciles?

--En los tres años ha habido de todo, especialmente los problemas típicos de una ciudad como Cáceres, algún pequeño sobresalto... Curiosamente entre los momentos más difíciles me ha venido a la memoria mi primer famoso verano, con los incendios, que teníamos que prestar ayuda y colaboración a otros estamentos, con la evacuación de pueblos y ciudades. Aquello, la verdad, me preocupó bastante. Por lo demás, pienso que hemos adoptado soluciones bastante positivas frente a hechos puntuales. Pero el logro más importante ha sido mantener a Cáceres en las cotas que tiene de delincuencia, que son muy bajas respecto al resto del país y bajas también respecto a Extremadura. Por eso me voy satisfecho.

--Entre sus objetivos estaban regular la inmigración y paliar la violencia de género...

--Sí. Han sido dos temas muy importantes. Creo que la violencia de género tiene fácil solución policial y aunque no podemos evitar todas las agresiones, hemos hecho una labor importante en cuanto al aspecto asistencial de la víctima y en cuanto a vigilarla para que no la vuelvan a agredir. Aún queda por hacer. Las Unidades de Protección y Asistencia van a seguir creciendo con teléfonos que se entregan a las mujeres y colaborando con otros grupos sociales que las atienden. Sobre la inmigración, creo que la labor que se está realizando es positiva en el sentido de que la implicación de inmigrantes en hechos delictivos es bajísima.

--¿Aldea Moret es una asignatura pendiente?

--Es difícil erradicar los problemas en barrios donde la conflictividad es mayor y los ciudadanos, legítimamente, se sienten más desprotegidos y abandonados. Pero no creo que Aldea Moret sea un barrio con una incidencia delincuencial muy grande con respecto a otros barrios similares de otras ciudades. Si es verdad que tiene una dificultad social de convivencia, puesto que allí vive mayor número de personas con antecedentes policiales y con formas de vida donde no se respeta la convivencia ciudadana. Y eso sí lo hace ser un barrio más difícil. Creo que no sólo la policía, sino el conjunto de la sociedad, debe buscar soluciones y pienso que se han buscado algunas y no creo que ahora Aldea Moret sea más peligroso o conflictivo que hace cinco años. Con esfuerzo se logrará convertir en un barrio mejor aceptado socialmente.

--¿Cómo está la plantilla policial en la actualidad?

--Valoro mucho que la gente quiera ver cada vez a más policías en la calle porque eso es señal de que nos aceptan. En el tema de la plantilla he visto una evolución importante en los últimos años. La plantilla está aumentando. Vienen alumnos de prácticas, gente joven y muy motivada, que son un refuerzo muy importante y que transmiten ilusión al resto. En el nuevo catálogo de puestos de trabajo que está haciendo la Dirección General de la Policía vamos a quedar bien. Falta, como mucho, un 14% de plantilla por cubrir.

--¿Cómo están las relaciones con la policía local?

--La colaboración de la policía local es muy positiva. No voy a entrar a discutir el reparto de áreas porque la seguridad nos afecta a todos. Y deseo que continúe en el mismo nivel. Aquí la colaboración de la policía local es de sobresaliente.

--¿Y sus relaciones con los políticos?

--He conocido a dos subdelegados y siempre nos han apoyado. Les agradezco a ellos, al ayuntamiento, a la diputación y, especialmente, a la autoridad judicial, con la que hemos tenido una grandísima relación, su inestimable ayuda.

--¿Se va con la espina de no haber puesto la primera piedra de la nueva comisaría?

--Me hubiera gustado. Pero me voy esperanzado porque tengo firmes promesas de que esto va adelante y que la comisaría nueva será pronto una realidad. Espero que en el próximo presupuesto haya partida.