Cometió seis robos, pero fue por necesidad. De hecho eran alimentos y alguna prenda de vestir usada lo único que Francisco Purifica§ao Garcao, portugués afincado en Valencia de Alcántara, sustraía de las fincas, todas ellas casas de campo o de fincas del termino municipal valentino, que asaltaba.

Pero aunque fue "su ausencia total de recursos" lo que le llevó a delinquir, por los robos que cometió tenía que ser castigado, y así ha sido. El magistrado-juez titular del Juzgado de lo Penal de Cáceres ha declarado a Francisco Purifica§ao culpable de un delito continuado de robo con fuerza en las cosas y en casas habitadas, y condenado por el mismo a una pena de dos años de prisión.

Es una condena mínima teniendo en cuenta los robos cometidos porque aunque ha sido declarado culpable del delito antes indicado, a la hora de emitir su sentencia el juez ha aplicado la eximente incompleta de estado de necesidad, al tener en cuenta que el objeto de todos sus asaltos era, fundamentalmente, "obtener comida para su subsistencia"; así como también la atenuante de arrepentimiento espontáneo, pues reconoció a los agentes de la Guardia Civil que le detuvieron en el interior de una casa deshabitada que era el autor de los robos, lo que permitió el esclarecimiento de los mismos.

Los seis robos que cometió Purifica§ao antes de ser detenido tuvieron lugar entre mayo y agosto del 2005, fechas en las que se encontraba domiciliado en la Residencia San Antonio de Valencia de Alcántara y se dedicó a entrar en casas ubicadas en fincas de su partido judicial, siempre "aprovechando aquellos momentos en que sus moradores no se encontraban en ellas", para coger comida.

Inició sus asaltos a principios de mayo en la casa de la finca Los Vegones de la Silva, a la que accedió rompiendo el cristal de una ventana y de la que "cogió varias latas de conservas y unos zapatos usados". Posteriormente, en el mes de junio, tras fracturar una reja y un cristal penetró en la vivienda de la finca La Tinaja, de la que no se llevó nada; también, tras fracturar el cristal de la puerta de entrada, lo hizo en la casa ubicada en la finca Virgen de la Cabeza, en la que tampoco encontró nada que llevarse; asimismo, tras romper una ventana, entró en la de la finca Los Manantíos, de la que "se llevó distintos comestibles"; e igualmente en junio, rompió los cristales de la puerta de entrada y accedió a la casa situada en la finca La Mascarra, de la que "se llevó distintos embutidos, como cuatro lomos y varios chorizos". En agosto cometió su último robo antes de ser detenido. Fue en la finca Las Graderas, de la que"sustrajo varias latas de conserva, embutido, una botella de vinagre y unas pilas".

Todos los propietarios de las viviendas asaltadas, excepto dos, han renunciado a ser indemnizados por los daños causados y productos sustraídos.