El auge de los apartamentos se ha convertido en un acicate para el turismo pero también para el sector inmobiliario. La compra de viviendas con el fin de convertirlas en alojamientos turístico se ha intensificado en el casco viejo cacereño. Estos apartamentos ofrecen tres ventajas en tiempos todavía de dificultades económicas: son una forma de viajar más barata, son una buena alternativa de inversión, y son un negocio viable para quienes necesitan abrirse un hueco en el mercado laboral. «Prácticamente el cien por cien de las ventas que se realizan en el entorno de la Ciudad Monumental están destinadas a apartamentos turísticos», explica Manuela Pérez, profesional inmobiliaria que se ha especializado en este ámbito.

De hecho, Manuela Pérez hace de intermediaria entre los vendedores y los compradores, realiza todos los trámites ante la Junta de Extremadura para convertir la vivienda o el edificio completo en apartamento turístico, y facilita el estudio arquitectónico, económico, de obra… Prácticamente entrega la llave en mano al comprador. Así lo ha hecho por ejemplo en la amplia casa decimonónica de la calle Caleros que ya está en obras para su distribución en nueve apartamentos, y en un nuevo proyecto del que saldrán seis más en la calle Pizarro.

«En la zona del casco viejo se están vendiendo los inmuebles con facilidad porque a raíz de la crisis tienen buenos precios», explica Manuela Pérez. Las reformas suponen el mismo coste que cualquier vivienda si desde el inicio se contemplan las exigencias de la normativa de apartamentos. Ciudadanos que no tenían ninguna relación con el sector turístico están vendiendo otras propiedades (campos, segundas viviendas…) para invertir en esta opción. «Conozco casos de primera mano de gente que se saca un sueldecito con un solo apartamento, y ya invierten en más», desvela.

El fuerte tirón de estos alojamientos comenzó hace cinco años y ahora se encuentra en su punto álgido. “De momento Cáceres no se satura, pero puede ocurrir como todo en esta vida. En cualquier caso, ahora no hay tantas casas disponibles en el entorno y el turista busca la mayor proximidad posible», subraya.