Un jurado popular declara culpable a Jesús Jiménez Silva de matar a su mujer, Tamara Simón (23 años), tras una fuerte discusión en el interior de una furgoneta que conducía por la A-66, en el término municipal de Cáceres. El matrimonio volvía a Madrid tras haber estado vendiendo en el mercadillo de la capital cacereña.

En su veredicto, que emitió ayer, le declara también culpable de los delitos de violencia habitual y amenazas de muerte. Ahora la Audiencia Provincial de Madrid, donde ha sido juzgado porque era el lugar de residencia de la pareja junto a su hijo de 18 meses, deberá especificar la condena, que oscilaría entre los quince y los diecinueve años de prisión. El jurado desestimó por mayoría las alegaciones del procesado en las que defendió su inocencia y aseguró que fue la víctima quien se arrojó del vehículo en marcha y que lo que provocó su muerte fue el impacto de su cabeza contra el asfalto.

El condenado ha defendido siempre su inocencia. Sin embargo su estrategia se derrumbó, señala el abogado que representa a la familia de la fallecida, Aurelio Aranda, cuando aseguró que fue su mujer la que le agredió a él golpéndole con el retrovisor en la cara mientras discutían. «Se comprobó que esto era falso, no había huellas de ella en el espejo», explica.

El juicio, que ha durado dos semanas, ha sido considerado de alto riesgo. Durante todas las sesiones ha sido necesaria presencia policial en el interior de la sala de vistas, que ha estado custodiada por una veintena de agentes. Todo ello para evitar altercados entre ambas familias. De hecho en más de una ocasión ha habido gritos e insultos hacia los ponentes. Ayer, con motivo del veredicto, se incrementaron también las medidas de seguridad para prevenir que hubiera incidentes.

Según estima el Ministerio Público el acusado sometió a Tamara Simón durante todo el transcurso de la relación, que duró más de dos años, a constantes actos de hostigamiento, controlando aspectos personales de vida, como las personas con las que iba y las comunicaciones que mantenía. También la humillaba, menospreciaba y agredía, golpeándola por todo el cuerpo, lo que causó en ella un permanente estado de angustia, ansiedad, desasosiego y temor, provocando en el núcleo familiar una situación de temor y depresión. El acusado llegó incluso a golpearla y a tirarla por las escaleras cuando ella se quedó embarazada. Aunque nunca presentó ninguna denuncia.

los hechos / En este insoportable clima de convivencia, según el fiscal, el 11 de marzo de 2015 el acusado circulaba en coche junto a su mujer hacia Sevilla (volvían a Madrid pero se habían equivocado de dirección), a la altura de Cáceres, cuando comenzaron a discutir y él recibió un golpe en la nariz. En ese momento paró en seco y comenzó a agredir violentamente a la mujer, quien logró descender del coche. La golpeó violentamente, arrojándola hacia atrás, por lo que la víctima dio con la cabeza en el asfalto, según el fiscal. Tamara Simón murió pocas horas después en el hospital de San Pedro de Alcántara.

«Se ha demostrado que mi hermana no se ha tirado. Él es el asesino, que la ha matado. Que pague por lo que ha hecho», decía ayer su hermano en declaraciones a Telemadrid tras conocerse el veredicto del jurado.