Más de 200 familias cacereñas cumplieron ayer con la tradición de llevar a sus hijos nacidos en el último año ante la Virgen de la Montaña no sólo para que la patrona los proteja sino para que el deán de la concatedral de Santa María, José Antonio Fuentes, les dé la bendición. El acto, antiquísimo, constituye uno de los momentos más emotivos del novenario y reúne a un gran número de fieles en el templo concatedralicio.

La presentación comenzó a las 16.30 en presencia del deán. Le acompañaban el tesorero de la cofradía de la Montaña, Manuel Casero; el interventor, Ricardo Galán; y el vocal tercero, José María Floriano, los tres con la vara de mando con efigie de plata de la Virgen que tradicionalmente portan los directivos de la hermandad. La patrona lucía flores amarillas, portaba la corona que le regaló la ciudad en 1924 coincidiendo con su coronación canónica y un manto de terciopelo color marfil, con delantal.

A la presentación de los niños se sumó la confección de un tapiz floral realizado con 170.000 claveles blancos, rojos y amarillos que representa el escudo de Cáceres y que estará a las puertas de la concatedral, frente al Palacio Episcopal, hasta el próximo domingo, día de la subida de la patrona a su santuario.

El trabajo, enmarcado dentro del programa organizado por la comisión mixta formada por el ayuntamiento y la cofradía por los actos de conmemoración del centenario de la declaración del patronazgo canónico de la Montaña sobre la ciudad, se desarrolló durante toda la jornada. Contó con la colaboración de Canal de Isabel II y de varios operarios municipales.

Los claveles fueron donados por multitud de cacereños y por representantes de las asociaciones de vecinos de la ciudad, colegios y la Asociación de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios Virgen de Guadalupe.