Sin cruzarse con su supuesto agresor, la presunta víctima, de 19 años, pasó ayer por uno de los momentos más amargos de su vida ante el tribunal que juzgó al compañero sentimental de su madre por dos delitos de agresión sexual y de abusos continuados hacia ella. Serena por momentos y sollozando en otros, la joven narró el sufrimiento que padeció durante tres años. "Me daba miedo contárselo a mi madre. El tenía muy mal carácter y se ponía muy agresivo con las dos", aseguró para explicar por qué no denunció antes los presuntos abusos.

En el juicio también declararon como testigos su madre y su novio. Ella dijo que lo único que le extrañó del comportamiento de su expareja era la "obsesión exagerada" hacia su hija: "Llamaba a sus amigos y registraba su habitación. La tenía muy controlada. Pensaba que la quería proteger". El novio de la supuesta víctima fue quien dio la voz de alarma cuando le confesó los abusos. La joven recordó cómo el hombre con el que convivió desde los cuatro años la amenazaba: "Me decía que nadie me iba a creer si lo descubría".