Medio siglo de pupitres, de lecciones, de tiza y pizarra. El colegio Licenciados Reunidos cumple el 50 aniversario de su fundación con nostálgicas referencias al pasado a través de su semana cultural. Miles de alumnos y decenas de generaciones se han formado en sus aulas, en sus patios, donde muchos han pasado los mejores años de la tierna infancia y la frenética adolescencia.

Esta aventura educativa comenzó a finales de los 40. Por entonces se fundó una academia de clases particulares junto al antiguo Instituto de Enseñanzas Medias (San Jorge), a cargo de los licenciados María Victoria Collado, Eugenio Matas, José Díez y Rodrigo Dávila. Posteriormente se trasladaron a la plaza de San Juan, en los locales de la Sastrería Guillén.

En 1952 se unieron a Eufemio Rubio Neila, que impartía clases preparatorias de bachillerato en su academia de la calle Gómez Becerra, con el nombre de San Juan Bosco. La fusión fue el germen del actual colegio Licenciados Reunidos-San Juan Bosco.

Durante la década de los 50 arrendaron dos pisos en la calle Argentina para bachillerato, y cinco años después regresaron a Gómez Becerra. En la segunda mitad de los 60 compraron unos chalets ubicados en García Plata de Osma, junto a una vaquería, y los acondicionaron para dar clases. Por entonces se incorporaron profesores muy conocidos: Urbano Alonso, Gustavo Castaño, José Calero, Diego Ivila, Simón Iglesias, Juan Serrano o Luis de Dios.

TREINTA PESETAS AL MES

"En los 60 cobrábamos 30 pesetas por alumno", recuerda Eufemio Rubio a sus 85 años, tras entregar cuatro décadas al colegio que fundó. En 1975 se iniciaron los trámites para crear la actual sociedad cooperativa. "Eran tiempos duros y otros centros tuvieron que cerrar. Pasamos dificultades hasta que ideamos esta fórmula. No conocíamos precedentes", relata.

Llegó 1977 y se ampliaron las instalaciones con un nuevo edificio en Sanguino Michel. En 1996 se produjo el mayor cambio: el colegio se trasladó a un edificio funcional y moderno en la calle Londres, tras unas obras de 3,6 millones de euros (600 millones).

Eufemio dice que las aulas han cambiado: "Ahora se requiere mucho tacto, psicología y entrega". Precisamente, el actual director, José Manuel Cebriá, asegura que la enseñanza del centro prima las nuevas tecnologías y la disciplina, con un seguimiento personal del niño.

El programa de actos fue presentado ayer en Caja Duero, entidad patrocinadora. Habrá dos citas significativas: una muestra retrospectiva de fotos que se inaugura mañana (20.30), y una cena de antiguos alumnos (viernes, 21.30).