Mina Moreno se vanagloria de haber conocido la feria de ganado de Cáceres que dio origen a la fiesta actual, de haber pisado los posteriores escenarios festivos en el Rodeo y los Fratres y de no no fallar cada año en su cita con las casetas. Aunque ya no sean lo que eran...
--¿Cómo son ahora las casetas?
--Más parecidas a una discoteca que a lo que fueron en su origen. Y es una pena. A las casetas la gente va a estar, a tomar algo y a bailar. Antes las gestionaban asociaciones y ahora la mayoría son de empresarios que las llenan de gogós y en las que hay lo mismo que en cualquier discoteca un fin de semana.
--¿Cuáles son las que se mantienen como antes?
--Una de ellas la de la Casa de Andalucía, a la que yo voy porque pertenezco al colectivo; y otra es la de la asociación Salón de Baile... Pocas más se mantienen.
--Siendo de la Casa de Andalucía, irá con la flor en el pelo.
--Lo he hecho, pero ya menos, aunque disfruto la feria igual. A partir de mañana (por hoy) comeré allí todos los días.
--¿Y cómo es una comida de feria?
--Varía mucho en función del sitio, pero no puede faltar el finito, el pescaito frito y el gazpacho.
--¿Qué queda de la feria del Rodeo?
--Ahora se vive más, aunque ha perdido el encanto que tenían las ferias en el centro de la ciudad, como la de Fratres o la del Rodeo, que no tenía casetas, pero tenía circo y verbenas. Además se ha perdido la esencia de esta fiesta, que era la feria de ganado.
--¿Solía ir a ella?
--Yo no, aunque mi padre sí que iba. Era un momento muy importante y muy esperado porque en ella se cerraban muchos tratos, sobre todo de venta de caballos.