Extremadura le debe mucho al maestro rural". Así lo cree Carmen Heras, que ayer visitó la facultad de Formación del Profesorado del campus cacereño para inaugurar las I Jornadas sobre Maestros Rurales que con el subtítulo El legado de Marciano Curiel Merchán se desarrollan hasta el próximo viernes.

Heras recordó que los maestros rurales "han hecho de todo" en una región eminentemente rural como Extremadura y considera que son "el alma y el espíritu de muchas vocaciones y de tanta formación como se ha dado a tantos niños y niñas a lo largo del tiempo". Las jornadas son además un reconocimiento a la persona de Marciano Curiel Merchán (1892-1947), maestro y folclorista extremeño cuya obra más conocida es Cuentos extremeños , una recopilación de 144 cuentos y leyendas de la tradición oral extremeña.

Enrique Barcia, organizador de las jornadas y miembro del Departamento de Didáctica de las Ciencias Sociales, las Lenguas y las Literaturas de la Facultad de Formación del Profesorado, justificó ayer la realización de las jornadas "porque los maestros rurales merecen este homenaje, no solo los que han adquirido fama, sino también todas las mujeres y hombres que de una manera anónima han contribuido al desarrollo cultural de Extremadura".

Barcia, que considera que la situación actual de las escuelas rurales en Extremadura no se pueden comparar con la que se vivía a comienzos del siglo XX, recordó a modo de anécdota la situación de maestros de Las Hurdes que tenían que desplazarse a pie desde localidades como Caminomorisco hasta Cáceres para poder cobrar su sueldo en la Diputación de Cáceres.

El protagonista

Marisa Montero Curiel, nieta de Marciano Curiel, y profesora de Lengua Española en la Facultad de Filosofía y Letras, recordará el próximo viernes en una ponencia la figura de su abuelo en su doble faceta de maestro y folclorista.

"En todos los pueblos en los que trabajó recogió cuentos populares, juegos infantiles, adivinanzas y fiestas populares", explica Montero, que recuerda las dificultades que tuvo su abuelo para publicar en aquella época el material recopilado. Finalmente, en 1944, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas publicó el libro Cuentos extremeños , por el que Curiel ha pasado a la historia del folclore extremeño. También publicó una separata sobre juegos populares y sobre fiestas extremeñas.

Pero la actividad de Curiel no acabó ahí. "Era un hombre muy implicado en la sociedad extremeña", explica su nieta, que recuerda como su abuelo recopiló canciones para la coral cacereña, colaboró con la mutualidad obrera y con varios periódicos, entre ellos EL PERIODICO EXTREMADURA, del que era corresponsal en Madroñera, y fue presidente de los Maestros Consortes de España.

El colegio de Madroñera lleva hoy su nombre y el año pasado se le rindió un homenaje en la localidad.