Su interés por los negocios se lo debe a su marido. Montserrat Polo siempre había trabajado en el comercio en diferentes lugares de Cáceres, pero la tienda C&M es la primera gestionada por ella. Vive en Mejostilla, por lo que decidió hacerse con un local cerca de su casa, en la calle Pedro Romero de Mendoza.

Empezó su andadura hace nueve años, aunque entonces la idea de negocio era distinta. Tras hacer un pequeño estudio de mercado decidió abrir una mercería, ya que por aquel entonces no había ninguna por la zona. Hoy, de aquella mercería solo conserva una pequeña parte, ya que su negocio se ha transformado en una tienda de ropa y complementos. Actualmente dirigido al público femenino, pero antes también tuvo ropa de niño.

"Está orientado a las mujeres porque la ropa la compran las mujeres, los hombres compran únicamente lo que necesitan. Voy renovando la mercancía cada 15 días", explica Montserrat Polo. Lo que más vende son camisas y complementos, como pañuelos o bolsos. Estos últimos productos casi siempre para regalos.

De momento su negocio funciona. A pesar de tratarse de una zona con gente trabajadora --muchos de ellos en paro--, Montserrat Polo asegura que es un barrio en el que se consume. "Lo mejor es que la gente se queda en el barrio y consume en el barrio", señala.

Dice estar contenta de ser autónoma. "Tengo mi casa al lado del trabajo. Mi marido me abrió los ojos y me convenció de que podía dedicarme al comercio teniendo mi propio negocio y hoy en día no me arrepiento", asegura. La mayor ventaja es la flexibilidad. "He tenido a mi hija mientras trabajaba en la tienda, ella se ha criado aquí, es su segunda casa", indica Montserrat.

Lo peor, según ella, es que todo gira en torno a su empresa. "Si estás enferma tienes que venir a trabajar, si te tienes que operar tienes que dejarlo siempre para más adelante, mi vida es mi negocio, pero por lo demás es igual que trabajar en otro lado", dice.

En cuanto a la barriada, Montserrat cree que está un poco olvidada por parte de las administraciones. Se queja de los cambios en las líneas de autobús (se han suprimido las líneas 8 y 9), algo que enfada a los vecinos y perjudica también a su negocio. "Antes paraba justo al lado y la gente veía la tienda, ahora no".

Solicita también que en Navidad la calle Pedro Romero Mendoza cuente con iluminación, como ocurre con el resto de las calles comerciales del centro de Cáceres. "Tienen que implicarse también con los negocios de barrio", exige.