Hubo tregua en la inauguración, pero la lluvia condicionó la mayoría de los eventos al aire libre del amplio programa del primer día de feria. Mucho antes del encendido de la portada, los cacereños cogían el paraguas para acudir a una inauguración, la de la Muestra de Artesanía y Agroalimentaria en el paseo de Cánovas, pasada por agua; como pasado por agua fue el Día del Niño en las atracciones. Mejor suerte tuvieron las marionetas de Peneque el Valiente, que esquivaron los nubarrones en el auditorio del Parque del Príncipe.

"La lluvia es buena para muchas cosas, así que no debemos condicionar la fiesta por el agua, porque fiesta habrá", señaló la alcaldesa, Carmen Heras, antes de iniciar el recorrido por los 51 expositores del paseo de Cánovas. Aún siendo buena, los artesanos se encomendaban al cielo para que el agua no desluciera una de las muestras más amplias de los últimos años.

"Casi no ha venido gente y se nos han mojado algunas mantelerías porque ha llovido muhísimo", explicaba Lola Rojas señalando el techo en el expositor de la Hospitalidad de Lourdes. Junto a este estand, otros de bordados, muebles de madera, orfebrería o cerámica llenan el primer tramo del paseo --hasta el quiosco de la música--; y a continuación, embutidos, quesos, café y dulces típicos de distintos puntos de la región. Amenizando la inauguración, el grupo municipal de fiestas, a quienes el agua no les hizo abandonar su pasacalles por el centro de la ciudad.

Día del Niño

Igualmente, feriantes y niños miraban al cielo. La lluvia dominó la tarde, pero con la noche llegó la calma y en torno a las 21.00 horas, los cacereños empezaban a llegar a la feria e incluso se producían pequeñas retenciones en el acceso principal. "La verdad es que con el agua, casi no ha venido gente esta tarde. Pero ahora, ya ves", explicaban desde la taquilla de El Ratón Vacilón , con colas de chavales esperando su para montar.

Y es que a pesar de los aparcamientos convertidos en barrizal y de los charcos que cortaban el paso en algunas calles del ferial, Cáceres no podía resistirse a su primer día de feria.