"Ha sido un gran disgusto, mi novia lleva una semana con un sofocón tremendo, el día más importante de su vida y se lo han estropeado", lamenta uno de los novios afectados por la decisión del obispo de hacer cumplir la norma e impedir las bodas fuera de las iglesias.

él, que prefiere mantenerse en el anonimato para no tener problemas con su enlace, y su novia se casarán en las próximas semanas. Todo estaba previsto. La ceremonia iba a oficiarse en el jardín del castillo de Las Arguijuelas y a pocos metros sería el banquete. Se les informó cuando contrataron el servicio que debían hacer una "trampa": "Teníamos que decir que nos casábamos en la ermita, porque si no el obispado no nos daba la licencia, y luego celebrábamos la ceremonia en el jardín. Todo el mundo lo hacía así y nosotros aceptamos".

Tras la determinación del obispo de impedir este tipo de celebraciones y restringirlas a la ermita, sus planes se han trastocado. "Ya no será nunca la boda que nosotros planeamos", reprocha. Asegura que el restaurante les informó hace tan solo unos días del impedimento, cuando ya no tenían margen de maniobra para hacer cambios. "Yo al obispado no le puedo echar nada en cara porque si es así, es así, aunque me pueda parecer algo rancio y anacrónico. Sí creo que, al menos, podían haber dejado las bodas que ya estaban previstas para no causarnos los trastornos que nos están creando". Se pregunta: "¿Por qué otros se han podido casar allí y nosotros no?".

Ante la situación, pensaron casarse por lo civil, incluso hablaron con una edil que accedía a acudir al castillo. Sin embargo, consideraron que era un engaño para los invitados, ya que en las invitaciones dice ceremonia religiosa . "Al final, nos casaremos en la ermita, no hay más opciones, pero está muy mal acondicionada y es muy peligroso el acceso". Sobre la inseguridad, habla con conocimiento de causa, ya que un familiar que se casó en ella sufrió un accidente de tráfico importante.

Lamenta la falta de soluciones que se les ha dado por parte de los gestores del castillo y la tardanza en comunicarles el "ultimátum" del obispo y a éste que haya permitido las bodas anteriores.