Más gente que nunca en el primer día de música en el casco histórico. Womad consiguió llenar anoche la plaza Mayor en la segunda jornada de la XIX edición del festival. La multitudinaria respuesta del público a los dos únicos conciertos programados ayer cubrió casi por completo el empedrado de la plaza que, según los cálculos de la policía local, puede albergar más de 8.000 espectadores. Y todavía quedan las jornadas de hoy y mañana, con el grueso de la programación del certamen.

Con una temperatura agradable que los más jóvenes aprovecharon para repetir la fiesta del botellón , en plástico por la prohibición de llevar vidrio al recinto, el certamen de las músicas del mundo tuvo sabor extremeño en la apertura del escenario principal. Ayahuasca, banda de Plasencia formada por ocho músicos, hizo saltar al público a ritmo de ska y pachanga cuando caía la noche a las 21.30 horas.

Pero la celebración de Womad había comenzado mucho antes. Desde el mediodía, el paseo de Cánovas era un río de ciudadanos que aprovecharon la buena jornada para escuchar, por ejemplo, a una big band en San Pedro o ver teatro de calle en San Juan.

La transformación que Womad volvió a imprimir a las calles de la ciudad quedó aún más patente Pintores abajo, hasta llegar a la plaza Mayor donde el empedrado apenas era visible pasadas de las diez de la noche mientras sonaba Ayahuasca. Y aún faltaba la última actuación del brasileño Marcelo D2.

Sin incidencias reseñables al cierre de esta edición, --no se había tenido que atender a nadie a las 23 horas--, Womad volvió a mezclar ayer a seguidores de todas las edades en su primera jornada en el casco antiguo. Los escenarios de San Jorge y Las Veletas comenzarán a funcionar esta tarde. En San Mateo ya se podían degustar comidas del mundo; en Santa María, los puestos del mercadillo. Womad no pudo tener anoche mejor entrada en su espacio natural.