Mortadela de cordero y cuscús de Marruecos; telas, bisutería y muebles de la India; quiché lorraine francés; lahmacum y kebab turcos; carnes argentinas; sushi japonés o carne picante de Tailandia. Estas son algunas de las propuestas culinarias y comerciales que en los últimos años se han ido instalando en la capital cacereña.

Pero no son las únicas porque, aunque la ciudad no destaca por contar con un gran número de negocios de este tipo, sí ha incrementado el abanico de alternativas multiculturales. Así, a las ya mencionadas se suman las prendas de vestir y artículos made in China --las que más han proliferado en los últimos tiempos--; artesanía cubana; caipiriña brasileña; tacos y frijoles o camas chinas de relajación, entre otras.

Todos los responsables de este tipo de establecimientos consultados por este diario coincidieron en la "receptividad" de los cacereños ante lo que llega desde otros países, así como que la variedad en la oferta comercial y culinaria, que en muchas ocasiones conlleva también el conocimiento de parte de la cultura de otras naciones, enriquece a Cáceres. "Dentro de lo malo de la globalización, ese enriquecimiento si es positivo", aseguró uno de estos empresarios.

Un ejemplo de esta nueva oferta comercial es la multitienda y locutorio Yass, que regenta en la calle General Ezponda Badr Lajfar-Fellahi desde hace un año. En sus estanterías se encuentran productos poco habituales en otros establecimientos: cuscus, mortadela de cordero, maíz negro, hierba mate o teteras marroquís. No obstante, estos artículos se mezclan con los que habitualmente se consumen en los hogares españoles, pues, según explicó este comerciante, el 50% de sus clientes son cacereños y el otro 50% inmigrantes marroquís, africanos y de distintos países de Latinoamércica.

Badr Lajfar-Fellahi reconoció que cuando abrió su negocio sentía cierta "desconfianza", que con el paso del tiempo se ha transformado un sentimiento de pertenencia al barrio. "Me encantaría que esta zona saliera adelante", señaló, al mismo tiempo que reclamó más esfuerzos continuados para revitalizar la plaza Mayor y su entorno y no sólo en fechas señaladas "como la Navidad".

COCINA FRANCESA A Emmmanuel Deroo, Chez Manou, le han unido a Cáceres siempre lazos familiares, pero fue hace una década cuando decidió abrir un restaurante francés en la ciudad. En un primer momento se instaló en la calle Pizarro, pero la gran acogida de la cocina gala entre los paladares cacereños le hizo trasladarse en pocos meses a un local más grande en la plaza de Las Veletas, a donde ha querido trasladar "un ambiente bohemio y romántico" con carteles de pintura impresionistas y mobiliario de estilo francés.

El chez Manou describió su cocina francesa como "clásica y popular" y en su carta destacan los platos en los que el pato tiene un especial protagonismo --trae estas aves de las lonadas francesas--, las ensaladas típicas galas y los postres, entre muchos otros. El restaurador confesó que en su bodega no abundan los vinos de Francia porque "los extremeños casan muy bien con la cocina francesa".

Esta fusión en los fogones, que da clara muestra del enriquecimiento al que contribuye la mezcla cultural, también es habitual en la cocina del restaurante argentino Estilo Pampa, en el R-66. Su propietaria, Eliana Sánchez Huici, explicó que las carnes argentinas --que trae envasadas al vacío desde el otro lado del Atlántico-- conjugan a la perfección con productos tan extre

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