Omar Pimienta vive y trabaja en la frontera de México y Estados Unidos, entre Tijuana y San Diego. Artista visual y poeta (actualmente cursa el doctorado de Literatura), se desplazó desde su ciudad natal hasta Cáceres el pasado viernes 26 para presentar su nuevo poemario, El Album de las rejas , de la editorial Liliputienses. Antes, charló con El Periódico y repasó su obra y la situación social en su país.

--El Album de las Rejas es su cuarto poemario, aunque no escribía nada desde 2009. ¿En qué ha cambiado Omar Pimienta?

--Usualmente soy bastante lento para escribir. El primero es del 2004 y entre cada uno hay unos cuatro años de distancia, aunque es cierto que con este tardé un poco más. Yo pensaba retirarme en la cima con el premio --el que ganó en 2009-- y no escribir más (ríe). Pero cada vez que veía un título nuevo de la editorial (Liliputienses) me daba un poco de envidia de la buena. Me puse a rescatar algunos textos que tenía a medio escribir y también a escribir otros nuevos. Este poemario va con imágenes, con fotografías. Creo que el arte y la fotografía es una misma carretera de dos carriles.

--Con 'Escribo desde aquí' ganó el premio Miguel Prado, del Centro Cultural Generación del 27 de Málaga. El nuevo, ¿lo presentará a algún otro galardón?

--De entrada no, aunque no lo sé. De hecho, no sé si existen concursos para poemarios ya publicados. De mi parte no creo que lo mande a ningún concurso. Usualmente, actúo bajo la idea de que las cosas, si son buenas, se dan. Quiero que el libro esté ahí, que salga, y que resuene o no dependiendo de la calidad que tenga. Para mí ya está donde tiene que estar: en la mano de los lectores, preparadito y guapo. La verdad es que me ha dejado muy contento.

--En su nuevo libro repasa paisajes sociopolíticos. Como mexicano residente en la frontera con Estados Unidos, ¿qué opinión le merece la polémica surgida alrededor de las salidas de tono de Donald Trump?

--De inicio, pensábamos que era una broma. Pero, en general, hay una preocupación porque ni Obama, muy bien visto por la comunidad chicana y méjico-americana, cumplió. Se suponía que iba a haber una reforma migratoria de entrada, teniendo él mayoría en el senado, que pierde rápidamente y, con ello, la posibilidad de reformar la ley. Sucedió lo contrario: empezó una deportación masiva de residentes ilegales en términos factibles, y se convirtió en el presidente que más ha deportado. Incluso si gana Hillary Clinton las elecciones, vemos muy difícil que las cosas cambien. Hay una sección de activismo que prefiere que gane Trump, que truene todo, y de ahí tratar de reconstruir en cuatro años.

--¿Asusta la idea? Dijo Trump aquello de 'Nadie levanta muros como yo en las fronteras...'

--Colonia Libertad, el barrio desde el que escribo en Baja California (México), tiene ya un triple muro desde el 94. Antes de ese año había una cerca con alambre de púas. Con la ley Gatekeeper entró el primer muro, al que siguieron otros. Esta idea, para la gente que realmente vive en la frontera, es realmente simbólica. El problema es el racismo sistemático, también de la parte democrática. Muchos dicen que van a ayudar y en realidad no hacen nada, deportan de la forma más silenciosa. Desde la trinchera fronteriza hay un miedo obvio a Trump y no tanto por los simbólico de la acción, sino por el empoderamiento a la peor demografía estadounidense: ignorante, racista y opresora.

--Cambiemos de tercio. Además de poeta, es artista visual también. ¿Qué saca de cada uno de estos dos mundos? ¿Confluyen o le gusta más separarlos?

--Parten del mismo tema y del mismo concepto. Viendo yo cómo puedo aterrizar mejor lo que quiero aterrizar voy por un lado o por el otro. Al final, para mí es la misma cosa. Son dos tipos de herramienta para poder tratar de hacer digerible un concepto. El arte y la literatura, al final, son la misma cosa. Hay gente que tienes más capacidades visuales, y también la hay que las tiene musicales... Pero, al final, lo que empuja es la misma situación o cuestión.

--Tiene un blog en internet. ¿Cómo le han ayudado las herramientas digitales para dar a conocer su trabajo desde México al resto del mundo?

--Tengo un blogspot desde septiembre del 2002. Fue una de las ventajas de mi ciudad. Tijuana, por ser fronteriza, tiene y ha tenido acceso a la tecnología de forma relativamente más barata. Además, en México ha habido un centralismo increíble: si quieres estudiar letras te tienes que ir a Ciudad de México. Yo tomé la elección contraria, estudiar en Estados Unidos, pero siempre he vivido en Tijuana. En el 2002 empieza una ola gigantesca de blogs. Los autores que yo admiraba de la ciudad lo tenían y mi idea era ver que, algún día, pusieran el mío como un link en sus páginas. Al final lo logré. Además, precisamente ese año, fue increíblemente rico. Había fiestas blogueras en la ciudad todas las semanas e incluso fue al Reina Sofía una muestra de arte, aunque algunos lo rechazamos por cuestiones políticas. Hubo un auge bastante fuerte. Aunque, por ejemplo, nunca he entrado a Twitter y ahora tengo bastante olvidado mi blog.

--La última. Cáceres está siendo, o lo va a ser, escenario para conocidas producciones como 'Juego de Tronos'. ¿Usted ve series?

--No he querido entrar en Juego de Tronos porque sé lo adictivo que puede llegar a ser. Las series de narcotráfico me encantan. Breaking Bad, por ejemplo, para mí es excelente. La verdad es que tengo una personalidad bastante adictiva y trato de mantenerme lejos porque no tengo mucho tiempo. Me gustaría tener la misma política hacia el alcohol, pero no es tan fácil (ríe).