El exceso de velocidad en las vías urbanas cacereñas sigue siendo uno de los temas que más preocupa a la policía local. Por ello se han decidido incrementar las salidas del radar móvil a las calles, para intentar poner freno tanto a los excesos de velocidad como a las numerosas infracciones que aún siguen cometiendo muchos conductores.

El jefe de la Unidad Operativa de la Policía Local, Jorge García, informó ayer a EL PERIODICO que hasta ahora el uso del radar móvil se limitaba a los días laborables y, habitualmente, sólo por las mañanas, pero a partir de ahora saldrá a las calles con más frecuencia y de una forma más aleatoria. "Sus salidas serán más frecuentes, lo hará indiscriminadamente tanto por las mañanas como por las tardes y por las noches, y no se suspenderán ni los festivos ni los fines de semana".

Para posibilitar esta mayor asiduidad se asignarán en exclusiva a este servicio dos agentes, "que han hecho un curso específico para ello", y que seguirán estando apoyados por otra dotación, bien de vehículo o de motos.

Además de para intentar frenar los excesos de velocidad que aún se siguen produciendo, otro de los motivos que ha llevado a la policía a incrementar las salidas del radar es el mayor tráfico que ahora registra la ciudad.

PRIMER BALANCE Este nuevo sistema de control del tráfico en el casco urbano comenzó a funcionar hace seis meses, "no con un afán recaudatorio, como muchos opinan, sino con el fin de concienciar al ciudadano de la situación de peligro que encierra el exceso de velocidad", señaló Jorge García.

Su uso "está dando muy buenos resultados", aunque García reconoció que aún se siguen cometiendo muchas infracciones, "quizás porque todavía hay quienes no se creen que hay un radar móvil en nuestras calles".

Hasta la fecha, una media de 12 conductores son sancionados diariamente por el radar, multas, de entre 140 y 520 euros más posible retirada del permiso de conducir por hasta tres meses, que se imponen a aquellos que circulan en ciudad a más de 61 kilómetros por hora.