Aún con los nervios en el cuerpo, los agraciados con el Gordo de la Lotería de Navidad en Brozas no sabían ayer aún a qué van a destinar el dinero. Los 1,2 millones que llegaron a la localidad cacereña por los cuatro décimos premiados están muy repartidos entre amigos y familiares de los responsables de una gestoría. "Taparé agujeros como se suele decir en estos casos", decía uno de ellos, pidiendo que su nombre no trascendiera para no tener más notoriedad, aunque en el municipio la noticia de que habían sido afortunados era del dominio público. "Aún es pronto para saberlo", respondió otro de los trabajadores de la oficina, que ayer volvió a abrir sus puertas tras la fiesta que disfrutaron el pasado miércoles gracias a cuatro décimos con el número mágico.