Hace algo más de seis años que el propietario de una fábrica de embutidos de Navaconcejo fue objeto de una estafa por la que ahora sus autores han sido condenados. La Audiencia, donde el pasado dia 5 se celebró el juicio, ha condenado a tres años de prisión y multa de 1.824 euros a cada uno de los dos principales imputados, a los que declara culpables, como autores responsables directos, de un delito de estafa; mientras que a un tercero, utilizado por los anteriores, le condena a seis meses de prisión y multa de 912 euros.

Además, los tres, de forma conjunta y solidaria, habrán de indemnizar a la fábrica a la que estafaron en la cantidad total de 119.050 euros.

Los hechos por los que han sido condenados se iniciaron en octubre del año 2000, cuando Sebastián Tardío Pozo y Luis Mena González acudieron a una fábrica de embutidos de Navaconcejo, se presentaron como dueños de una empresa y comerciantes de productos cárnicos, y dando a entender que querían iniciar una relación comercial duradera acordaron una primera compra de diversos productos, por un importe total de 19.612.958 pesetas (117.876 euros), por los que extendieron unos pagarés "estando en su ánimo, desde un principio, el no pagar nunca las mercancías adquiridas".

Ante el impago, el propietario de la fábrica se puso en contacto con ellos, en la entidad Carnes Garzón, ubicada en Morón de la Frontera. Garantizaron el pago, pero para evitarlo convencieron al tercer imputado, A. R. V., que en aquella época era politoxicómano y cuasi indigente, para ser nombrado administrador único y único socio de la empresa, pagándole por ello 200.000 pesetas.