Eran las siete y veinte de la madrugada cuando dos amigos caminaban por la plaza de Albatros, en la zona de La Madrila, un sábado. A llegar a un semáforo se cruzaron con el acusado, que se encontraba junto a su novia. No se conocían de nada, sin embargo hubo un intercambio de palabras entre uno de los amigos y el acusado que terminó en una pelea.

El Juzgado de lo Penal 2 no ha podido acreditar que entre ambos se iniciara una discusión. Lo que sí ha probado es que, en un momento determinado de aquel encuentro, el acusado golpeó en la cabeza a uno de los otros dos con un vaso de cristal que portaba en la mano. El vaso se rompió, lo que provocó en la víctima una herida en la región frontal de la cabeza. Por estos hechos el juzgado acaba de condenar al acusado a dos años de prisión. Además deberá indemnizar con 2.000 euros a su víctima (350 euros por los días de curación y el resto por las secuelas que le ha provocado). La sentencia es firme al haberse puesto de conformidad entre todas las partes implicadas.

La víctima necesitó de diez días para la curación de las heridas. Fue necesaria una sutura con seis grapas. La herida le ha dejado como secuela una cicatriz de tres centímetros y medio en la región frontal de color rosáceo y que provoca un daño estético ligero al acusado.