«Este año hay un lleno especial, la decoración de la calle nos ha llevado trece horas, el viernes ni siquiera comimos, pero todo el esfuerzo ha merecido la pena». Carolina, propietaria de la concurrida frutería de la calle Rodríguez Moñino, resumía ayer el sentir de la veintena de empresarios con negocios en esta céntrica vía, que han organizado por tercer año consecutivo la Feria de San Miguel. El ambiente era excepcional desde media mañana con la calle abarrotada, música, juegos, sorteos, charanga y una interminable barra con exactamente 2.020 pinchos morunos a modo de barbacoa solidaria, a favor de la Asociación Española contra el Cáncer.

«Estamos encantados con la iniciativa de Rodríguez Moñino de recuperar la fiesta, dinamizar la zona y poner sus establecimientos al servicio de los cacereños», declaró ayer la alcaldesa, Elena Nevado, que se sumó al buen ambiente. «Es un día para disfrutar y acercarse a ese comercio local, de proximidad, que conoce al cliente con nombres y apellidos, que lo trata con afecto», agregó Nevado, acompañada por los ediles de Turismo y Comercio, Raúl Rodríguez, y Deportes y Educación, Pedro Muriel. Por parte del PSOE acudieron los concejales María Ángeles Costa y Paco Centeno.

La regidora no precisó los planes de futuro para esta calle, donde los empresarios proponen una reforma. «Nosotros estamos haciendo un gran esfuerzo para peatonalizar la ciudad, para que el centro sea un espacio de los ciudadanos y no de los coches. En este sentido, nos mostramos dispuestos a escuchar a los empresarios y vecinos de todas las zonas», dijo.

El presidente de los empresarios de Rodríguez Moñino, Jorge González, destacó que la calle apuesta «por el comercio de proximidad, por el trato cercano, por conocer a nuestros clientes y unir todo ello con la familia y con la solidaridad en un día como éste». Además, la relación de negocios y vecinos «es fantástica, presumen de tener la mejor calle, les gusta este punto de imaginación, colorido y fiesta», subrayó.