El punto limpio que el ayuntamiento ha instalado en el polígono industrial de la Charca Musia ya está en funcionamiento. Situado en un terreno municipal vallado, justo al lado de la charca, en él se han colocado 18 contenedores para residuos urbanos, voluminosos e industriales. Igualmente cuenta con depósitos para vidrios, cartones y residuos industriales. La intención del equipo municipal de gobierno es que a primeros de año también se instale uno para grasas y otro para caucho, como los que ya existen en Capellanías.

La instalación fue visitada ayer por el concejal de Mantenimiento, Joaquín Rumbo. Su apertura se incluye en el plan de choque de limpieza que el consistorio está realizando en el polígono y que ha supuesto un montante de 24.000 euros. Este plan, ya realizado en Las Capellanías, se puso en marcha el 13 de septiembre tras las quejas empresariales que se suscitaron por la suciedad de la zona.

Para llevar a cabo este plan se ha contado con la participación de 14 operarios de la empresa Conyser, concesionaria del servicio de limpieza. La brigada ha efectuado un adecentamiento general del polígono, trabajos de desbroce, limpieza de los imbornales y el riego con agua no potable de las calles, la mayoría aún de tierra. Además, en unos días se eliminarán los contenedores de basura en mal estado y se incorporarán 80 nuevos en diversas zonas.

CONCIENCIACION Rumbo explicó que próximamente se desarrollará una campaña de disciplina urbanística. Para ello, la patrulla de medio ambiente de la policía local recorrerá todas las empresas del polígono a fin de que los industriales se conciencien y participen en el mantenimiento de la zona, una vez limpiada. El edil recordó que aún existen en los viales coches abandonados y enseres de los empresarios en las calles y que deben ser ellos los encargados de retirarlos, no el ayuntamiento.

En el caso de las Capellanías, el Plan de Choque de Limpieza y Vigilancia comenzó el 24 de julio y se centró en realizar una limpieza integral del lugar. Para ello se aumentó el número de contenedores, se incorporó una máquina barredora que antes no existía, se limpiaron cunetas y se retiraron los vehículos abandonados. Asimismo se realizaron campañas de concienciación y se está llevando a cabo otra de inspección técnica para detectar irregularidades urbanísticas como construcciones anexas o apertura de zanjas. Veinticinco operarios de Conyser y siete vehículos especializados desarrollaron los trabajos que, en ese caso, costaron 21.000 euros.