La comunidad de vecinos del residencial Villa Elena, en el R-66, lleva sufriendo varios desperfectos en el edificio "desde hace seis años", comenta su presidenta, Inés López. La causa son las raíces de los árboles plantados en el acerado de la calle que han alcanzado el jardín de la piscina ocasionando destrozos en el bordillo, han afectado también al muro que rodea la urbanización e incluso se han extraído raíces del interior de las tuberías de desagüe del bloque, que obstruían el flujo de agua y provocaban graves humedades.

"Lo más preocupante son las raíces de las tuberías. Los árboles buscan agua ahí y es una situación que puede terminar por romper las tuberías de las casas", explica. Durante los últimos meses son ya tres las ocasiones en las que el colectivo vecinal ha tenido que contratar a personal para desatascar las tuberías. "Cada desatasco son 180 euros", informa. Lo mismo ocurre con el muro y el bordillo de la piscina, que ya se han levantado en más de tres ocasiones.

El historial de problemas se remonta a seis años atrás, cuando comenzaron a aflorar las primeras raíces en la superficie del jardín que bordea la piscina. Hasta en dos ocasiones, el Canal de Isabel II, empresa que por entonces gestionaba el ciclo integral del agua, acudió y cortaron la mayor parte mediante hachas. Sin embargo, pasado un tiempo, éstas volvieron a crecer y a provocar los mismos problemas.

INFORME PERICIAL Entonces, la comunidad de vecinos trasladó varios escritos --firmados por todos los propietarios salvo dos-- acerca de la situación al ayuntamiento. Asimismo, entre esos documentos se encontraba un informe pericial realizado por un ingeniero que, tras comprobar los desperfectos, advertía del peligro de la expansión de las raíces. "Nos comunicó que controláramos el gasto de agua porque alguna raíz terminaría por reventar una tubería y el consumo se dispararía", dice.

Finalmente, hace dos años aproximadamente, el colectivo vecinal consiguió reunirse con la concejala de Medio Ambiente para buscar una solución. "María Teresa González nos comunicó que se tomarían medidas pero éstas nunca llegaron", cuenta López. Previamente, Luis Fernando Gallego, ex concejal de Participación Ciudadana, había atendido las reclamaciones de los vecinos y realizó otro informe sobre el peligro de que las raíces llegaran a alcanzar la piscina, que puede encontrarse afectada a día de hoy ya que está teniendo que ser rellenada "más a menudo" que de costumbre.

"Llevamos seis años con esta historia y nos encontramos desamparados. Parece que la única opción que nos queda es el juzgado y cuando acabe el verano, ya que ahora hay muchos vecinos de vacaciones, vamos a presentar una demanda contra el ayuntamiento", concluye.