Ya hemos presentado dos convenios a Renfe para el arreglo de la Estación Arroyo-Malpartida, pero no hay respuesta. El 87% de la barriada le pertenece y el ayuntamiento no puede hacer nada". Son palabras del concejal de Obras, Joaquín Rumbo, en contestación a las quejas formuladas por la asociación vecinal ante las deficiencias de este distrito (saneamiento inexistente en algunas zonas, calles intransitables sin asfalto, tragantes hundidos, escasa comunicación...) "Queremos acometer las mejoras, pero el barrio no es nuestro. Renfe debería dejar de alquilar y vender viviendas hasta que aporte su parte", matizó.

El ayuntamiento propuso un primer convenio a Renfe para realizar reformas por 3 millones de euros (500 millones de pesetas), de los que la compañía debería financiar su parte, el 87%, pero lo rechazó. Hace dos meses, el consistorio le presentó un segundo convenio rebajado a 720.000 euros (120 millones), que Renfe sigue estudiando sin pronunciarse hasta el momento. "Estamos presionando para que salga adelante --señaló Rumbo--. De lo contrario, intentaremos introducir las mejoras como un paquete más dentro de las actuaciones en la estación cacereña".

OBRAS PENDIENTES

Este segundo convenio permitiría acerar y asfaltar las calles, reforzar la iluminación, instalar señales de tráfico, crear zonas verdes... No podrán acometerse, sin embargo, algunas obras previstas en el primer convenio como el nuevo acceso más seguro y un paseo con doble calzada.

Mientras tanto, recuerda el concejal, Renfe continúa alquilando las viviendas de la Estación, incluso las vende por unos 3.000 euros (500.000 pesetas). "Son tan baratas porque carecen de los servicios necesarios. Los inquilinos las compran y después exigen al ayuntamiento todas las dotaciones que les faltan. Renfe tampoco aporta dinero y nos tiene atados de pies y manos", señaló Rumbo, que pidió el cese de las ventas y alquileres hasta que la compañía financie las mejoras.

La barriada tiene 50 vecinos, aunque en vacaciones y fines de semana alcanza los 250 (se ha convertido en segunda residencia). El edil subrayó que los "nativos" de la Estación no quieren reformas integrales. "Les gustan las calles como están, sin asfalto. Creen que perderán su encanto".