"El día que no tenga metas que alcanzar será muy aburrida mi vida", comenta Samuel Señas. Pero entre todos los sueños que este actor cacereño tiene existe uno que le hace especial ilusión. "Me encantaría poder actuar en el Gran Teatro para los cacereños, mis amigos y mi familia", explica.

Señas haría un hueco en su apretada agenda si alguien llamara a su puerta con esta propuesta, y eso que el cacereño tiene varios trabajos entre manos. "Ultimamente tengo mucho trabajo", comenta entusiasmado. El pasado viernes Samuel terminó la grabación de la película Los chicos del puerto en la que interpreta a un funcionario del cementerio. Pero anteriormente había colaborado en el corto Entrañas . Además, todos los sábados actúa en Madrid en las teatralizaciones del Castillo de Buitrago, "proyecto que me gustaría hacer en Cáceres, porque en lugar de que un guía cuente la historia del castillo, se hace una representación contando los relatos y leyendas", aclara. Y aquí no termina su agenda, porque además está preparando varias obras, una para la sala La Grada de Madrid y otra para microteatro. Para completar, le han propuesto dirigir una obra.

Samuel sabe lo que es hacer cine, teatro y televisión y tiene sus preferencias: "donde más cómodo estoy es el cine porque para mí es más natural y confío más en que salga bien". Del teatro comenta que "mola mucho hacerlo" pero que no sale rentable, y en cuanto a la televisión afirma que "es un medio que hay que hacer todo lo que se pueda porque es el que das más trabajo".

Los chicos del puerto

Su último proyecto es la cinta Los chicos del puerto , dirigida por Alberto Morais, que narra la historia de un niño que quiere llevar un recuerdo a un amigo que su abuelo conoció en la guerra. El pequeño descubre que el destinatario ha fallecido y entonces busca cómo localizarlo en el cementerio. En ese punto entra en acción el personaje de Samuel, quien interpreta al funcionario del cementerio. "Es un papel chiquitito e interesante, aunque no me identifico con él porque yo sería incapaz de trabajar en eso", aclara. Pero, como todos sus personajes anteriores, asegura que también le ha enseñado algo: "he aprendido a mirar a los muertos de otro manera, a que no hay que tenerles miedo".

Con el personaje que sí se identifica es Astrov, un médico de la obra Tio Vania que interpretó en la escuela. "Era una persona con ilusión y ecologista, como yo", dice. En todo caso, el papel del que más contento está es el futbolista argentino que interpretó en Fair Play porque, aunque no se identifica con él, tuvo la posibilidad de trabajar el acento argentino y le hizo aprender a no tener prisa. "A mi la prisa me mata", afirma.