Miguel Angel Alegre es uno de los 11 vigilantes de seguridad que trabajan en el Palacio de Justicia de Cáceres, a los que la Policía Nacional, en la última celebración de la fiesta de su patrón, reconoció públicamente la colaboración que les prestan en su labor diaria.

¿Qué significa para ustedes este reconocimiento?

--Es muy gratificante, pues la verdad es que a todo el mundo le gusta y agrada que se le reconozca el trabajo que hace.

¿Un vigilante de seguridad es un aspirante a policía?

--Puede decirse que sí, de hecho algunos vigilantes de seguridad, y es mi caso, nos hemos presentado alguna vez a las pruebas de policías. Son similares.

El trabajo en el Palacio de Justicia, ¿resulta tranquilo?

--A días y a veces. Siempre tienes algún problema con ciertos colectivos, pero por regla general resulta bastante tranquilo.

También tendrán alguna que otra anécdota divertida

--Siempre se relacionan con las máquinas detectoras, pues a algunos les cuesta entenderlas y se dan situaciones divertidas.

¿La relación entre los compañeros es siempre buena?

--La verdad es que sí.

¿Y con el resto de los trabajadores de los juzgados?

--Todo muy bien.