El seminario mayor diocesano abre el curso 2009-10 con dos seminaristas más en el edificio de la avenida de la Universidad, donde 40 habitaciones siguen vacías a la espera de que lleguen nuevas vocaciones. A pesar de ello, el rector del centro, Isaac Macarro, mantiene intacta su ilusión por continuar formando a futuros sacerdotes, aunque reconoce que la falta de vocaciones sigue vigente.

En la actualidad, el seminario mayor cuenta con ocho alumnos: cuatro internos y otros tantos externos, que pertenecen a la Congregación de Esclavos de María y de los Pobres y residen en un piso de San Blas. El curso pasado la cifra ascendía a seis. "Nuestra esperanza es que pueda aumentar. Queremos tener más alumnos, pero imagino que a la universidad también le gustaría contar con más", responde.

Este centro de la diócesis dispone de un claustro de 20 profesores. Este año se ha ordenado un nuevo sacerdote y un seminarista ha entrado ya en la etapa pastoral, año de prácticas en una parroquia antes de la ordenación. En total, los alumnos del seminario mayor tienen que cubrir seis años de estudios --dos de Filosofía y cuatro de Teología--. Posteriormente, pueden acceder a la Universidad Pontificia de Salamanca si superan el examen de Bachiller en Teología.

La apertura oficial del curso tuvo lugar el pasado jueves con una lección inaugural a cargo del sacerdote Florentino Muñoz Muñoz, en la que habló sobre las claves del año sacerdotal para el seminario, que se mantendrá hasta junio del 2010. También se celebró una eucaristía y se procedió a la lectura de la memoria del curso pasado.