La sección sindical de Cáceres del sindicato federal ferroviario de la Confederación General del Trabajo (CGT) hizo pública ayer su oposición a la reubicación de la estación, una decisión que considera que está motivada por "una política especulativa del suelo". La CGT opina que "técnicamente es posible" que la estación siga en su ubicación actual, y recuerda que en otras ciudades por las que pasará el AVE, cita los casos de Calatayud, Zaragoza, Guadalajara y Lleida, se están usando las estaciones actuales "que están céntricas".

El sindicato advierte de que la salida de la estación del centro de la ciudad significará "dar un paso para la desaparición del tren convencional", y afirma que no se puede proponer una estación de mercancías en las Capellanías porque "ninguna empresa puede facturar las 400 toneladas por tren que es lo mínimo que se admite".

La reacción del sindicato, que calcula que la llegada del AVE a Cáceres no será antes del 2025, se produce veinticuatro horas antes de la constitución de la comisión que analizará cómo va a afectar la red de alta velocidad al casco urbano. Al encuentro asiste el presidente de Renfe, que en 1998 firmó un convenio con el ayuntamiento, que tendrá que revisarse si finalmente se acuerda trasladar las instalaciones de Renfe.

El terreno donde está la estación es urbanizable no programado, y entre los usos permitidos figura el residencial. No obstante, la Ley del Suelo condiciona la utilidad que se dan a los terrenos que han sido ocupados por elementos generales de las redes de infraestructuras generales.