El antiguo edificio ocupado por la imprenta La Minerva hasta su cierre, en el número 26 de la plaza Mayor, será rehabilitado para la creación de un bloque de apartamentos, oficinas y local comercial, si bien la fachada, las bóvedas y otros elementos arquitectónicos singulares se respetarán por su antigüedad, calculada en cerca de dos siglos. La imprenta se abrió en este inmueble hace 150 años, y los promotores de la obra afirman que por entonces ya llevaba tiempo en pie.

La restauración será acometida por la sociedad Obralia, uno de cuyos miembros, la procuradora Concha González, ha vivido en el edificio durante los últimos 18 años. "El proyecto es bastante complicado porque han tenido que intervenir arquitectos, técnicos municipales, historiadores y arqueólogos", explica.

DEMOLICION A MANO Las peculiaridades del edificio han obligado a realizar una demolición muy compleja y costosa, íntegramente a mano, que no ha afectado a los elementos protegidos. Las actuaciones comenzaron hace tres meses y aún se prolongarán otros siete. El proyecto contempla la creación de tres apartamentos de 60 metros cuadrados, una vivienda de 130 metros, dos oficinas destinadas a despachos profesionales y un local de negocio de 350 metros en el bajo, "para el que ya hemos recibido varias ofertas de comercio, hostelería e incluso medios de comunicación", señala.

El edificio será bautizado con el nombre de Minerva, en recuerdo a la imprenta centenaria. Además, los promotores adquirirán plazas de garaje en el futuro párking del antiguo colegio San Antonio para ponerlas a disposición de los residentes. "Pero lo mejor sin duda son las vistas: por delante, el casco histórico a un solo paso; por detrás, hasta la sierra de Gredos", indica.

Se trata de una nueva obra en el casco viejo, una zona que poco a poco se rehabilita tras la desaparición del botellón y sus molestias. "Lo hemos sufrido y ahora se nota bastante su ausencia, por eso hemos recibido más ofertas", señala la procuradora.