El lunes comienza en el seno de la comisión informativa de Economía del ayuntamiento la discusión sobre la modificación de la ordenanza que regula la tasa que se paga por la instalación de terrazas en la vía pública. Hay tiempo hasta diciembre para la aprobación definitiva del nuevo texto ya que los hosteleros que han renovado la licencia la tienen pagada para todo 2017. Por ahora lo que hay es una nueva distribución de las zonas en las que se divide la ciudad para determinar el importe a pagar y la intención del gobierno de reducir el precio del metro cuadrado en cada área y redactar una normativa más sencilla para determinar la cantidad a abonar, según explicó ayer la concejala de Economía, María Guardiola, aunque recordó que la decisión final «depende del consenso» al que se llegue en la comisión entre los grupos políticos municipales.

El precio del metro cuadrado y la categoría en la que se incluya cada calle son las dos variables que más inciden en el tributo que paga cada hostelero. Una revisión a la baja del precio del metro cuadrado provocará que en todas las calles que se mantengan en la misma categoría o pasen a una inferior se pague menos. Es el caso de cuatro de las grandes avenidas de la ciudad (España, Virgen de la Montaña, Virgen de Guadalupe y Alemania) y de polígonos residenciales desarrollados en la expansión de los años ochenta, noventa y la pasada década. Ejemplos de estas urbanizaciones son Moctezuma, Fratres, Cabezarrubia, Nuevo Cáceres, Vivero, Casa Plata, R-66 o Castellanos. La excepción es Gil Cordero, donde se podría pagar más, ya que es la única calle de segunda categoría que pasaría a la primera.

Una revisión del callejero causará que las calles que pasen a una categoría superior terminen por tributar más pese a que el precio del metro cuadrado baje. Este es el caso de muchas de las calles del centro nuevo y del casco viejo que ahora están entre las que menos tributan al estar encuadradas en las dos últimas categorías del callejero, la tres y la cuatro. En la plaza Mayor, que pasa con la propuesta de revisión de la zona tres a la uno, el aumento se notaría menos que en otras vías que están ahora dentro de la categoría en la que menos se abona. Este es el caso de, entre otras, la plaza de San Juan, Gran Vía, San Pedro de Alcántara o Ciriaco Benavente. También podría subir en otras áreas como la ciudad monumental, San Blas, Santiago, La Madrila, Argentina, Reyes Huertas o El Perú.

COMPENSAR / La nueva propuesta de distribución de calles intenta corregir la indefinición de la actual, en la que se grava más a varias vías del centro y a nuevos polígonos residenciales --en el cuadro que está debajo de la foto se detallan las categorías actuales- y que engloba a la mayoría de las calles dentro de la categoría en la que menos se paga. Ahora se tributa cuatro veces más por una terraza en avenida de España que en San Pedro de Alcántara.

Por tanto, hosteleros de las calles que están ahora dentro de la categoría cuatro, la última, y que se encuentran en el centro urbano o en el casco viejo podrían acabar pagando más por la terraza.

La nueva propuesta del callejero intenta compensar los desequilibrios del actual con el centro como espacio con más valor, «es donde más vale el suelo», recordó Guardiola, que precisó que Cáceres «no está entre las ciudades de sus mismas características --las que son patrimonio de la humanidad-- donde más se paga por una terraza». Así detalló que en Cáceres el precio máximo anual por una mesa y cuatro sillas ronda los 220 euros y que está por debajo de Salamanca (350), Granada (335), Córdoba (445) o Alcalá (250).

Por otra parte, dos hosteleros que han llamado esta mañana a la redacción del diario aseguraron que los precios en esas ciudades patrimonio de la humanidad son inferiores, así afirmaron que en Córdoba es de 133 euros, en Salamanca de 102 y en Toledo de 45,7.