La universidad pide más dotaciones culturales para poder aspirar a la capitalidad europea de la cultura en el año 2016. El rector Ginés Salido consideró que en la ciudad "se dan una serie de circunstancias que le hacen cumplir el perfil" de la Unión Europea, responsable final de la designación a propuesta del Gobierno español.

Sin embargo, aseguró que a pesar de "la riqueza cultural y la colaboración de las instituciones en la propuesta", hacen falta nuevas infraestructuras y servicios. Salido cree "imprescindibles" el nuevo auditorio y un palacio de exposiciones y congresos, además de abrir un mayor número de espacios culturales en los distintos barrios de la ciudad.

En este sentido, la universidad ofreció sus edificios en el casco antiguo para acoger los actos de la programación y sugirió utilizar las instalaciones del campus "si conseguimos tener una mejor urbanización en la zona". Asimismo, Salido añadió que, si se consigue la designación, "pondríamos a disposición todos los profesores, estudiantes, personal de administración y servicios".

REFERENTE CULTURAL

A pesar de ello, el rector dejó claro también que "ser referente cultural en Europa durante un año requiere que las infraestructuras previas a la designación tengan que ser muy importantes".

Sobre las posibilidades reales de la ciudad para acoger la capitalidad, apuntó que "si se empieza a trabajar tras las elecciones, será posible. No podría ser una idea para perfilar dentro de dos o tres años". A pesar de ello, dijo que hay que tener "unas garantías mínimas de que los proyectos se van a llevar a cabo" porque, dijo, "de no ser así generaremos un sentimiento de frustración entre la ciudadanía y las instituciones en caso de no conseguir la designación por parte de Europa".

El rector comparó la candidatura a ser Ciudad Europea de la Cultura con poder albergar unos juegos olímpicos, aunque señaló que hay que estar preparados para que mantener la programación durante todo un año. Además, dijo que supondría "un punto de inflexión tan importante" como la declaración de patrimonio de la humanidad del año 1986, debido a la mejora de las infraestructuras y a la proyección europea que tendrá la ciudad.