¿Su bolsillo o los kilómetros no le permiten dejarse caer por el número 30 de la avenida de España para disfrutar de las suculencias del restaurante Atrio? Hay un sucedáneo gratis y al alcance de todos en internet: www.restauranteatrio.com .

Esta web permite a cualquiera adentrase desde su casa en este dos estrellas Michelín cacereño, el único con esta categoría en la región, y paladear en diferido el universo de este templo de la gastronomía o incluso copiar algunas de las creaciones de uno de los diez cocineros más aplaudidos de España con sus recetas.

Es cierto que el gusto es un sentido difícilmente sustituible, más en este caso que en ninguno, pero el estudio de diseño Creaerte hizo lo posible porque, excepto el sabor real, todo el sugerente mundo ideado hace 22 años por Toño Pérez y José Polo estuviera condensado en su web. Los internautas creen que lo consiguieron, al menos los usuarios de la guías Gourmetour, que han premiado recientemente este rincón de internet como uno de los mejores dedicados a la restauración española.

De lo visual a la anécdota

Con un golpe de ratón exploramos Atrio. El negro lo enmarca todo y nos conduce a la elegancia de su clásica entrada. Una estética cuidada y sencilla abre ventanas a la historia del restorán desde su apertura el 25 de diciembre de 1986 hasta su prestigio actual o a hacer una visita a su famosa bodega con un recorrido por algunas de las etiquetas de su amplia carta de vinos, toda una "enciclopedia", según la prestigiosa publicación de vinos Wine Spectator .

Noticias se hace eco, por ejemplo, de algunas de las páginas que ha escrito Atrio en El Mundo , El País , EL PERIODICO EXTREMADURA y Hoy y descubre algunas confidencias de Toño Pérez contadas en entrevistas periodísticas, su trayectoria con las estrellas Michelín e incluso la anécdota más famosa de Atrio: la rotura del cuello de la botella de vino más cara que José Polo osó adquirir en el año 2000 en una subasta de ChristieIs.

Se trata de un Chateau d´Yquem de 1806 de la denominación de origen de Sauternes (Francia), valorado en 110.000 euros (21 millones de pesetas). El vino se salvó de acabar en un desagüe tras una laboriosa operación de rescate para trasladarlo a otro envase. También a través de un enlace se accede al artículo que le dedicó Wine Spectator rendido "a la mejor carta de vinos del país", asegura.

Con un click también puede hacerse otro recorrido virtual por sus salones, conocer en español, inglés o francés qué se ha escrito sobre el restaurante o su cocinero, ver una selección de las mejores imágenes del local inmortalizado por Tayo Acuña, los premios, quiénes hacen posible Atrio y el entorno extremeño donde se ubica.

Sin plano ni reserva

En este último apartado, no todo es perfecto. La web sitúa a Cáceres en el mapa de España pero no sitúa al restaurante en el mapa cacereño, lo que irremediablemente, dada su escondida ubicación actual, invita a perderse y obliga a los foráneos a preguntar.

Tampoco ayuda mucho la página a los extranjeros, que tienen difícil encontrar el acceso a la información en otro idioma por estar camuflado en el epígrafe prensa en vez de en la entrada inicial. También olvídese, sea extranjero o no, de reservar directamente desde la web porque no le será posible, un servicio que ofrecen ya la mayoría de restaurantes de esta categoría. Aquí, sin embargo, se remite al teléfono o a un correo electrónico. También se echa en falta la relación de publicaciones que ha firmado Toño hasta ahora.

Pero para los amantes de la cocina, sin duda lo mejor de restauranteatrio.com está en Creaciones . Un simple click y se hace la boca agua. En estos momentos, anuncia la web, Atrio "se encuentra inmerso en la búsqueda y transformación del amplio recetario extremeño" pero, mientras tanto, deja constancia de lo hecho.

Ocho platos están disponibles para quienes se atrevan a emular a Toño Pérez y sorprender a su mujer, su novio, un amigo o a toda la familia. Sólo tiene que hacerse con la lista de ingredientes necesarios y seguir paso a paso la elaboración.

Podrá lucirse con unas ancas de rana entomatás o unas vieiras asadas con puré de trufas, un bacalao monacal, el asado de cabrito, quizás el carré de cordero relleno de boletus o el solomillo ibérico con puré de matanza si lo suyo es el cerdo y, para completar el menú, el postre: plátano salteado con azúcar moreno o pastel de trufa con frutos rojos. Si se siente incapaz de afrontar la tarea y la web solo ha hecho que abrirle el apetito, siempre queda rascarse el bolsillo y plantarse en el bajo E, bloque 4, del número 30 de la avenida de España. Ya se sabe que como la realidad no hay nada.