Y llegó, con la lluvia tardía de abril a mayo, con su luz, su color, su calor, su pasión. Veinticinco más un encuentros con la cultura, el arte, la diversidad, y el aprendizaje. WOMAD daba ayer tarde su bienvenida desde la Plaza mayor, reivindicando un escenario amplio y propio, desafiando al agua, a las nubes y al viento; haciendo flotar el inicio en una inauguración atípica y maravillosa, entre claroscuros en el cielo, rayos de sol y ruido de tormenta.

No quiero decir que «nos espera una edición más», porque si de algo ha de presumir este festival, es de crecer con el tiempo, de innovar año a año, de sorprendernos, de enamorarnos. Por eso esta edición número 26, no es «una más», es un regalo nuevo a la ciudad de Cáceres, un reencuentro con esas sensaciones que anhelamos regresen durante todo el año, con esa incertidumbre caprichosa por descubrir sonidos, artesanía, costumbres, por mezclarnos, palpar parte de algo que sentimos «nuestro», viejo y nuevo al mismo tiempo, folklore ajeno y propio, días de reunión y fiesta destacadas en el calendario.

Tres escenarios donde disfrutar de música sin género ni etiquetas, donde no sólo se representan la docena de países invitados, sino que la globalidad vuela en fusión con el aprendizaje de cada banda. Pero no podemos limitarnos a lo musical: WOMAD nos acerca exposiciones (Filmoteca y Los Siete Jardines); talleres infantiles y de adultos (Museo Casa Pedrilla y Plaza de san Jorge, respectivamente); el ‘Mundo de Palabras’ que se inauguró en la pasada edición con lecturas, muestras varias y un acercamiento necesario de las letras al público; el aplaudido ciclo de cine (Filmoteca de Extremadura) en el que la gran pantalla se convierte en sabio transporte cultural, y en el que podremos este año conocer a dos de los directores de las películas proyectadas; el mercado global, puestos de artesanía y comidas del mundo, invaden nuestros sentidos e invitan a pasear por el centro urbano y nuestro casco histórico. WOMAD invita a entrar, a conocer, a descubrir, a bailar, a participar; se involucra con Cáceres, y cada año aporta más (a destacar la actividad de reciclaje de esta edición ‘Cada lata cuenta’, en la plaza de santa María). WOMAD siempre va a más: bienvenida sea esta edición «veinticinco más uno».