Del paisaje envejecido de los Pedroches en Córdoba, "...el musgo retrocede sobre los alcornoques"; de observar a una vecina que juega con su hija, "...una mujer arrastra su maleta, llena de inviernos por el andén"; o de un paseo con un buen amigo, "...el cielo frágil y rompible deja su sombra bajo la sombra de tus pies", nace el poemario Las ventanas del invierno del escritor cordobés Francisco Onieva.

Su poesía parte de la visión de lo cotidiano, de los pequeños detalles y de ahí trasciende a la realidad para buscar una explicación al sentido de la vida, a la interioridad del ser humano.

Estos versos le han hecho ganador de la XXI edición del Premio de Poesía ´Cáceres, Patrimonio de la Humanidad´, que ayer le fue entregado a manos de la alcaldesa, Carmen Heras, consistente en 6.000 euros y la publicación de la obra cuya edición institucional también se presentó ayer. Además se aprovechó para presentar las bases de la XXII edición del premio cuyo plazo de presentación de obras finalizará el 20 de octubre.

Con la obra en la mano Onieva se declaró un escritor de "escritura lenta", dos años y medio le llevó este trabajo, que es su tercera publicación y de la que dice que es la "más madura".

Para él este premio ha sido una recompensa a su "trabajo en silencio que creo que es como hay que hacerlo", y declaró que era uno de los galardones que tenía anotados que quería conseguir algún día por el prestigio de su jurado, destacando a Basilio Sánchez y por la categoría de otros premiados.

Se da la circunstancia de que es el premiado más joven de todas las ediciones, con 33, y afirma que a lo mejor puede sorprender en la lectura que con esta edad se centre en la preocupación por la gente que está en la última curva de su vida y echa la vista a tras para ver como ha sido la misma.

En todo el poemario se nota la influencia de Machado, "...un hombre mira la lluvia que cae. La lluvia es del tamaño del hombre", que junto a Juan Ramón son los orígenes de su poesía de la que espera que empiece a llegar a más público.