La invasión de las aceras por los coches se ha cobrado una víctima en la calle Macarena. María Luisa Borrella Tesoro, de 47 años, deficiente mental y con importantes problemas de visión, sufrió ayer una caída por las dificultades que ocasionaba un vehículo estacionado a la puerta de su casa, en el número 4 de esta calle. El coche estaba montado sobre la acera, trazada a ras de la calzada, y dejaba escaso espacio para el paso de peatones.

María Luisa Borrella sufrió heridas en la cara y la mano derecha, como muestra la foto. "Al pasar se le ha ido el cuerpo hacia un lado porque apenas había espacio y no hemos podido pasar juntas. Se ha resbalado y no la he podido sujetar. Ella se ha puesto muy nerviosa y un vecino nos ha tenido que ayudar a levantarla del suelo", explicó su hermana María José.

Problema permanente

A las dos hermanas le acompañaba en el momento del accidente su madre, Antonia Tesoro, invidente, que denunciaba los continuos problemas de paso que sufren en la calle. "Los coches están siempre aparcados en el portal. No queremos hacer daño a los propietarios, pero las aceras están para pasar", manifestó. "Mi madre no puede salir a la calle sola porque siempre hay coches que entorpecen la entrada", insistió su hija María José Borrella.

La policía local retiró el vehículo que originó la caída y tomó declaración a la víctima. Sin embargo el incidente tiene mayor dimensión, ya que el problema afecta a todo el entorno de la calle San Ildefonso (la que sube desde la plaza del Puente San Francisco a la de Santa Clara). Los coches toman literalmente las aceras en los tramos donde no existen pivotes, impidiendo el paso de los viandantes que deben sortearlos para transitar.