TUtno de los miembros del panel intergubernamental de expertos en cambio climático de Naciones Unidas ha resumido así el último informe de 2014: "Tenemos que despedirnos del sistema económico actual". Las emisiones de CO2eq, causantes del cambio climático, crecieron un 2,2%, por cada año, entre 1970 y 2010, aunque en el último decenio la media fue de un 4,5%; el 78% del total procedía de los procesos industriales y de la combustión de combustibles fósiles.

La mitad de las emisiones causadas desde el inicio de estos procesos (1750) hasta 2010 se han producido en los últimos 40 años. La energía suministrada es responsable de un 47%, mientras los procesos industriales lo son de un 30%. Con el actual modelo, tanto el crecimiento económico como el de la población están ligados al incremento de las emisiones y, de no cambiarse, en el año 2100 la temperatura del planeta se incrementará entre 3,7 y 4,8 grados de media respecto al periodo preindustrial, si bien de modo diferente en las diferentes zonas, con una oscilación entre 2,5 y 7,8 grados.

También se incrementarán las concentraciones de CO2eq; si actualmente desconocemos las consecuencias de ser los primeros humanos que respiramos 450 ppm de CO2 en cada inhalación, se prevé un incremento a 750-1300 ppm de CO2eq en 2100, que, aunque parece fecha lejana, les va a tocar a generaciones que ya habitan el planeta.

XLA CANTIDADx de CO2eq existente puede permanecer en el ambiente más de 1.000 años y su incremento puede producir la subida del nivel del mar en 82 centímetros. Ya empezamos a sufrir sus consecuencias en forma de deshielos, acidificación de los océanos -han absorbido el 30% de CO2-, olas de calor, sequías, ciclones, inundaciones- Además, podemos conocer una disminución notable de los recursos hídricos, reducción de cosechas de productos básicos, graves incidencias sobre especies con baja capacidad de adaptación- Y, como consecuencia de estos cambios, continuarán los movimientos desesperados de población, nuevos conflictos locales o continentales y, en suma, más pobreza y desigualdad.

El citado informe anual ofrece medidas que pueden mitigar este sombrío panorama. La política climática tiene una doble vertiente; beneficios-efectos sobre salud humana, seguridad alimentaria, biodiversidad, desarrollo local, acceso a la energía, formas de vida y de desarrollo sostenible. Políticas sólo posibles considerando valores sociales, económicos y éticos, prescindiendo de intereses individuales.

Con el objetivo de congelar las actuales concentraciones de CO2eq y evitar incrementos de temperaturas superiores a 2 grados en 2100, la ONU plantea medidas tecnológicas y conductuales que requieren el compromiso de los estados, tales como el desarrollo de la eficiencia energética, la función de la forestación como sumideros de CO2, la reducción de la demanda energética y sustitución de la generación actual por energías renovables, la reducción del consumo de combustibles fósiles, la utilización y reutilización de materiales de larga vida útil y toda una suerte de cambios tecnológicos-

Los múltiples avisos, tanto de la comunidad científica como de la naturaleza, han caído en saco roto hasta ahora. Esperemos que la próxima cumbre del clima obtenga algo más que compromisos vacíos por parte de los gobiernos.