El expresidiario cacereño de 29 años que fue detenido el lunes por la violación de una estudiante de 24, cometida la noche del domingo en un portal de Antonio Hurtado cuando hacía apenas tres meses que había salido de la cárcel tras cumplir 10 años de condena por cinco delitos de violación, comenzó a agredir a mujeres con tan solo 18 años.

Así se desprende de sus antecedentes penales, pues según ha podido saber EL PERIODICO, Juan Diego Torres fue juzgado en cuatro ocasiones por un total de cinco delitos de violación y agresión sexual entre los años 1995 y 1996. Así pues, y teniendo en cuenta que nació en 1977, tenía 18 y 19 años cuando se le juzgó. En base a ello, "cuando cometió las cinco agresiones tenía 18 años, pues de haber tenido 17 se le habría aplicado la Ley del Menor, y no podía tener más de 18 porque era ésta la edad que tenía ya en el primer juicio", indicaron fuentes jurídicas cercanas al caso. Además, "está muy claro que las cinco agresiones por las que fue condenado las cometió muy seguidas".

Los juicios por estos delitos, cometidos todos en Cáceres, se celebraron en el Juzgado de lo Penal. Por todos ellos fue condenado y Juan Diego Torres ingresaba en prisión en 1996. Tras recorrer varias prisiones del país, el pasado mes de febrero, cumplidos los 10 años de condena y ya con la libertad definitiva, abandonó la cárcel de Valdemoro, en Madrid, el último centro penitenciario en el que estuvo.

Pero ha vuelto a violar, y desde el lunes está de nuevo en prisión, en el Centro Penitenciario de Cáceres. De éste, casi con toda seguridad, no saldrá antes de la fecha del juicio, "pues es prácticamente imposible que se le conceda la libertad provisional dados sus antecedentes", reconocieron las fuentes consultadas.

DELITOS Y PENAS Por los hechos cometidos la noche del pasado domingo el fiscal imputa a Juan Diego Torres un delito de violación, que estima probado; y un delito de lesiones, pues según ha podido saber este diario el agresor "se ensañó con su víctima, a la que golpeó brutalmente en la cara, sobre todo a la altura de los ojos, al parecer con un objetivo muy concreto, dejárselos tan desfigurados que no pudiera verle y así no reconocerle".

El detenido y acusado de estos hechos, por su parte, se declara inocente. Según ha podido saber EL PERIODICO, Diego Torres ha asegurado que no es el violador, ha declarado que él "pasaba por Antonio Hurtado cuando vio a la chica en el portal y entró para ayudarla, con tan mala suerte de que en ese momento llegó la policía y le detuvo, pero insiste en que él no es el violador".

Pero el fiscal ve los hechos probados y le acusará de los delitos de violación y lesiones, por los que podría enfrentarse a 12 años de prisión, penas que es previsible que para él pida el Ministerio Público teniendo en cuenta que la condena por violación es de 6 a 12 años, y de 9 a 12 si hay reincidencia, que es este caso; y de 6 meses a 3 años en el de lesiones.

Por colectivos de mujeres, como la Asociación Malvaluna, o la Oficina de Atención a Víctimas, se calificó ayer este suceso de "alarmante", un hecho ante el que lo que en primer lugar se siente es "mucha rabia", y del que, en cierto modo, añadieron, "se hace un poco responsable al Estado, pues de todos es sabido que en este tipo de violadores la reincidencia es prácticamente segura, es muy previsible", señaló Luz Robledo Lancho, abogada de la Asociación Malvaluna.

Por ello, consideran que se deben adoptar en estos casos otras medidas, "que además de cumplir las penas de prisión se les someta a algún tipo de tratamiento, psicológico, psiquiátrico o el que proceda, antes de ponerlos en libertad, de nuevo en la calle. Es algo imprescindible".

Mientras, los vecinos del inmueble donde ocurrió el trágico suceso se muestran preocupados, aseguran que tienen miedo.

Es por ello que han decidido actuar y van a incrementar las medidas de seguridad. Así, por ejemplo, tienen previsto cambiar la puerta de entrada, para evitar que pueda quedar abierta; y también la verja de la escalera al sótano, para impedir que se pueda acceder por ella.