Hace unos días acudí a solucionar unos papeles al hospital San Pedro de Alcántara. Porque en éste y otros hospitales no sé si habrá enfermos, pero gente con papeles en la mano hay mucha. Ahora entiendo que un responsable de la Consejería de Cultura asegure que se lee mucho. Como que en lugar de Servicio Extremeño de Salud debería llamarse Servicio Extremeño de Publicaciones. A ver si en lugar de hacer campañas de prevención sanitaria lo que están haciendo son campañas de fomento de la lectura. Como uno casi es de Cáceres de toda la vida, no daba tres pasos sin que encontrara a gentes de toda condición a quienes debía saludar, ya fueran enfermos, sanitarios, administrativos o limpiadores. Esto te da mucha confianza, pues estás seguro de que te solucionarán la papeleta con mucho más esmero del que ponen normalmente, que suele ser mucho. Mayores beneficios obtienes si has de ser ingresado, pues aunque nadie lo hubiera prometido antes considerarían necesario que existiera una habitación para cada enfermo, por lo menos para mí. Pero resulta que uno también ha sido profesor de Cáceres de toda la vida y eso es ambivalente. Puedes encontrarte con una enfermera a quien regalaste un sobresaliente, más por sus méritos intelectuales que físicos, o quizás por ambas cosas, y te recompensará con unos cuidados especiales. Con qué delicadeza te pondrá las inyecciones en el culete. Puede ser que un hijo del cirujano o del limpiador hayan sido alumnos tuyos. En fin, un chollo. Claro que como has sido un profesor que ha suspendido de toda la vida, más de uno y una se quedarán con las ganas de darte dos o tres pinchazos con el pretexto de que no encuentran la vena o proporcionarte una pócima nauseabunda. En último término puedes recurrir a Marce.