Nos ha sorprendido gratamente la muestra que el pintor cacereño Eladio Avila presenta en el pub María Mandiles. Se trata de una colección de dibujos con el título ´Voluptuas´ y que bien podría llamarse ´Gordas´, ya que la obra gira en torno a la figura femenina obesa. La belleza es un concepto adquirido. Los cánones de la belleza han variado con los tiempos y modas. La pintura se ha visto influenciada por estas normas y en cada momento, el artista ha aplicado, con mayor o menor acierto, estos patrones. Avila se salta estas reglas y nos presenta mujeres gordas y deformes que, a diferencia de las pintadas por Botero, más cercanas al comic, podríamos hallar en cualquier lugar.

El pintor propone una forma de mirar, una manera de aprehender el mundo cotidiano de las gordas. Nos hace cómplices en su planteamiento, convirtiendo al espectador en un voyeur que mira insistentemente a través de ese efecto ventana que sugiere el cerco de cartón acanalado, con toques de decollage, que hace las veces de paspartout. El hipnotismo de sus obras provoca una gélida pulsión erótica, desafiante y perturbadora, como si la vida misma se hubiera congelado en ese instante.

Mujeres gordas, desnudas, en espacios interiores indefinidos solo imaginados, que no vistos, a través de la ventana sugerida. Mujeres desnudas exhibiendo sus abultadas formas, que se sienten observadas, despreocupadas, retadoramente mostrando sus intimidades y, a la vez, pacientemente sometidas a la voluntad del artista, que les exige posturas inverosímiles en busca del equilibrio y la provocación. Avila nos presenta a estas mujeres sin adornos, sin complementos que puedan desvirtuar la indescifrable belleza. Se regodea en los pliegues y protuberancias tratándolos como elementos independientes, caricaturizando las formas que, al final y en conjunto, resultan armoniosas.

Al ser el arte una realidad, el artista hace una extensión del mismo hasta su entorno, pero sustituye la forma tradicional de presentar el cuerpo femenino, por otra más personal e ilusionista, con una exageración de la realidad, no exenta de una dimensión metafórica y acentuado simbolismo, que confiere a sus modelos ese ritmo sinuoso de las líneas (curvas), ese halo de misterio caricaturizado, esa incitación a la hilaridad, al comentario jocoso, pero que acaba conmoviendo.

Con estos dibujos, el artista trata de sorprenderse con el mundo irreal y desconocido, existente sólo en su imaginación y, al final, sorprende al espectador que establece un intenso diálogo visual con la modelo, a través de la metamorfosis degenerativa de todos y cada uno de los elementos naturales que conforman su figura. Sin duda, animo a todos a visitar la muestra.