Maite González dejó su piso en la plaza de los Maestros por una casa que tenía su familia en la calle Sergio Sánchez. Desde que el ayuntamiento comenzó sus planes de peatonalización su relación con la grúa empezó a ser más habitual. "Hubo un mes en que se llevaron nuestro coche cinco veces. Ese ha sido mi récord", comenta indignada. Su listado de anécdotas pueden llenar un cuaderno. "Carrefour no me trae los electrodomésticos y en los supermercados me ponen pegas para traerme la compra a casa. Recuerdo que una vez tuve que venir cargada con las bolsas desde el párking de Obispo Galarza. Fue horrible", relata.

Si problemas le trajo la grúa, no menos el taxi, que debe atravesar "una carrera de obstáculos para llegar a mi casa. Me cobran más dinero por ir de Cánovas a Sergio Sánchez que a Nuevo Cáceres".

Maite es una de las más de 100 personas de la zona centro que se concentraron ayer en San Juan para pedir al ayuntamiento que paralice su proyecto de peatonalización de la plaza Mayor. La convocatoria la organizó la plataforma El centro también es nuestro , creada el pasado 26 de agosto tras el anuncio efectuado días atrás por el concejal de Tráfico, Santos Parra. La reunión de ayer fue histórica puesto que nunca este gremio, al que siempre se había tildado de desunido, ha protagonizado un acto similar ni ha tenido tanta capacidad de convocatoria.

La plataforma, que ha recogido ya más de 1.000 firmas contra el cierre, reunió a comerciantes, hosteleros y vecinos que volvieron a poner sobre la mesa un viejo proyecto municipal, luego descartado, de construir un aparcamiento subterráneo en la plaza. Para el sector, retomar esta actuación "daría vida a la plaza Mayor, ahora abocada a la marginación", dijeron los afectados. En la plaza de San Juan se pudo ver a los ediles José Antonio Villa (PP) y Juan Antonio Dionisio (PSOE).