El Fundación Pinilla Crespo demostró el pasado sábado por qué fue líder de la liga regular. Dibujó un partido sin concesiones frente al Villafranca, al que venció 27-22, y lo canjeó por una plaza en la final de la Liga Turincar de balonmano.

El Villafranca tuvo la oportunidad de protagonizar su propia resurrección después de forzar el tercer partido de la semifinal, pero les faltó oficio. Aunque el partido ante el Fundación Pinilla son de los que esculpen a un equipo. Durante todo el encuentro consiguió aguantar el fuerte ritmo impuesto por el conjunto Cáceres, y solo al final capituló. Antes, había tenido desventajas de hastas nueve goles de las que supo reponerse.

Al Fundación Pinilla Crespo le espera en la final el Plasencia- Rigoletto, que acabó segundo en la liga regular. En esta temporada ambos equipos se han enfrentado dos veces y cada uno se ha embolsado una victoria. Llegan en tablas y con la espada en alto a la final.

Los placentinos han hecho valer durante toda la campaña su juego ofensivo, que junto al ataque y la capacidad goleadora son la carta de presentación para la final. Los cacereños, por su parte, han hecho gala durante todo el campeonato de su eficacia y su equilibrio defensivo. Será una gran final.