Woody Allen, Javier Bardem y Antonio Banderas se repartieron ayer la antención de los medios y del público que acudió al Festival de Cine de San Sebastián en su primer día. Allen presentaba la película que rodó en España, Vicky Cristina Barcelona , que protagoniza Bardem junto a Penélope Cruz y Scarlett Johanson. Y Banderas con el filme que abría esta edición, The other man , y que es una excusa para que el actor español recoja hoy el Premio Donostia por su carrera.

"Me lo pasé estupendamente. Barcelona es cosmopolita, sofisticada y con una maravillosa comunidad cinematográfica", declaró Woody Allen ayer en la ciudad vasca. Reconoció que no tiene ni idea de por qué este filme está suscitando tanto interés en EEUU. "Que una película guste al público es un accidente afortunado". Para Bardem, la clave está en los personajes. "Allen logra hacer del tópico del español una pirueta. Construye un escenario de estereotipos que luego destruye a través del humor".

"La primera vez que vine a este festival, hace 26 años, fue con Pedro para presentar Laberinto de pasiones ", comentó Antonio Banderas. "Creo que las cinco películas que hemos hecho juntos son muy importantes. Aunque ahora se las considere clásicos, en su día eran cine incomprendido y desdeñado. Pedro estaba inventando un lenguaje nuevo, y tuvo que pagar un precio".

Debe de ser desconcertante recibir un premio honorífico cuando a tu carrera profesional se le suponen aún bastantes años de vida. "Sigo teniendo la sensación de estar empezando --dijo--. La energía que me impulsó a ser actor aún sigue viva".