Me siento obligado a dar voz a aquellos que están marginados, a los perdedores. Es una opción más estética que personal". Así define José María Pérez Alvarez (O Barco de Valedoras, Ourense, 1952), el sentido último de 2La soledad de las vocales , ganadora del III Premio Bruguera de novela (dotado con 12.000 euros), que fue presentada ayer en Barcelona.

Esta opción por los perdedores la lleva el autor hasta la plasmación ortográfica de la novela, en la que no existen las mayúsculas "porque se trata de historias con minúscula, pequeñas historias. Nada que ver con la Historia con mayúsculas".

Narrada en primera persona, la obra refleja el mundo patético de unos personajes derrotados y "condenados a la soledad de habitantes de la noche".

El narrador, un cincuentón alcoholizado que ocupa la habitación número 9 de la pensión Lausana malvive en este tugurio junto a un escritor fracasado que reside en la habitación 6, una exnadadora que se atribuye medallas de oro que nunca ganó, dos homosexuales, un tapicero serbio y un pintor igualmente fracasado.

El universo narrativo de José María Pérez está impregnado de un pesimismo, que deja poco lugar para la esperanza y muestra en toda su crudeza la soledad inapelable del ser humano. Con todo, para la escritora y exeditora Esther Tusquets, que ejerció de jurado único del galardón, "no estamos ante una novela triste, sino implacable". En el fondo, sostiene Tusquets, "todos los personajes mantienen su esperanza de las pequeñas cosas".

La jurado del premio señala que lo suyo con La soledad de las vocales fue un flechazo: "lo abras por donde lo abras, encuentras algo entrañable", agrega antes de leer en voz alta un párrafo e insistir en que el libro rezuma ternura. "Desde luego la pensión Lausana no es el peor sitio donde se puede estar", dice con una sonrisa tenuemente maliciosa.

Ana María Moix, directora editorial de Bruguera, resumió el dilatado currículum de José María Perez Alvarez y los galardones que ha conseguido, además de hacerse acreedor del respaldo de Juan Goytisolo. Moix subrayó en este sentido que la obra ganadora "te atrapa y no te deja. No es nada farragosa".