No se encadenó a un árbol, como había prometido. Pero consiguió reunir a unas mil personas para gritar a favor de los árboles y en contra el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón (PP). Pocas veces se ha visto a una baronesa arengar a las masas. Carmen Thyssen lo hizo ayer frente a la pinacoteca que lleva su hombre y anunció que seguirá luchando "hasta el final" para que el consistorio madrileño dé marcha atrás en la reforma del eje museístico. Si, a pesar de su empeño, la baronesa no consigue salir victoriosa, la solución será "buscar otro museo" en Madrid que albergue sus cuadros en "mejores condiciones".

La amenaza no es baladí. La vicepresidenta de la Fundación Thyssen --que tiene el apoyo de la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre (PP)-- es propietaria de 360 cuadros de los más de mil que hay en el museo.

A las doce del mediodía, la baronesa llegó al bulevar que hay frente a su pinacoteca, un enorme paseo poblado de plátanos, magnolios y acacias japonesas. Allí la esperaban unas mil personas, convocadas por cuarenta asociaciones vecinales y ecologistas. El bullicio que se organizó fue de órdago, y, al final, la policía se vio obligada a cortar el tráfico. Los manifestantes no se cortaron a la hora de insultar al alcalde, al que achacaron que Madrid se haya convertido en una ciudad eternamente levantada por las obras.

MAS TRAFICO Los manifestantes aseguraban que los planes del Ayuntamiento pasan por "talar" 264 árboles en todo el eje, de los cuales unos 29 están ubicados junto al museo Thyssen. La pinacoteca pasará a tener una acera de unos siete metros (frente a los dos actuales), pero, en contrapartida, ganará un carril para los coches. Todo lo contrario pasará en el Museo del Prado, que gozará de una enorme zona peatonal y sólo tendrá tres carriles para los coches y no cinco.

Según la baronesa, la calzada de su pinacoteca se convertirá en una "autopista" que perjudicará a los cuadros debido a la polución y al calor que hará sin la sombra de los árboles "talados" ("trasplantados", según el ayuntamiento).

Una vez subida en el estrado, Carmen Thyssen fue vitoreada hasta la saciedad. "Baronesa, alcaldesa", "No a la tala" y "Trasplantar a Gallardón" fueron algunos de los lemas más escuchados entre la multitud. Aunque también los hubo más hirientes. Por ejemplo, "Faraón (mote que los madrileños han puesto a su alcalde), asesino".

La baronesa, arropada por la actriz Pilar Bardem, no dejó de sonreír y saludar a los manifestantes, a quienes dio las gracias "de todo corazón". Estaba anunciado que la coleccionista se abrazaría a un árbol, pero ese momento no llegó. Toda una lástima para el centenar de periodistas --incluidos los del corazón-- que esperaban ansiosos retratar el acontecimiento.

A falta de encadenamientos, Javier --un chaval de 11 años-- leyó el manifiesto escrito por la plataforma SOS Paseo del Prado. "El proyecto no aporta nada a la arquitectura de la zona ni tampoco mejorará su calidad ambiental", proclamó.

Una vez finalizado el acto, la baronesa --entre empujones del exaltado público-- entró en su museo no sin antes recordar que los árboles son "un patrimonio que se tienen que conservar para las futuras generaciones".