La organización del festival de San Sebastián no se esperaba los insistentes silbidos y los escasos aplausos con que fueron recibidos ayer la mayoría de premios en la lectura del palmarés, que sorprendió con la Concha de Oro a la realista, conmovedora y pequeña película turca Pandora´s box . Y menos, enfrentarse con la noticia de la muerte de Paul Newman. El guión de la gala de clausura se desmoronó en el último momento. La dirección del certamen debía rendir homenaje al coloso más respetado y admirado de Hollywood. Contrarreloj, se improvisó una apertura de la ceremonia con la proyección de dos fotos: a la izquierda el productor Pedro Masó, también fallecido esta semana, y a la derecha, Paul Newman. La ovación no se hizo esperar.

Pandora´s box , una dramática historia sobre la alienación y el aislamiento que arrastra una anciana que padece alzhéimer, no se encontraba entre las preferencias de la crítica, aunque tampoco fue menospreciada.

"Mi cine intenta divulgar un mensaje esperanzador", proclamó Yesim Ustaoglu. No fue el único premio para este filme, ya que su protagonista, Tsilla Chelton, logró, a sus 90 años, la Concha de Plata, reconocimiento que comparte con Melissa Leo, deslumbrante en Río helado . Jonathan Demme, presidente del jurado, precisó que por vez primera no es un premio ex-aequo sino dos. "Las interpretaciones son extraordinarias. Por eso hemos hecho una excepción y otorgar dos conchas". Fue la única ovación unánime que se escuchó. Las demás decisiones provocaron una lluvia de silbidos.

El abucheo más sonoro se lo llevó El caballo de dos piernas , de Samira Makhmalbaf, sobredimensionada con el Premio Especial del Jurado. Reacciones totalmente opuestas --con igualdad de aplausos y silbidos-- provocó que Michael Winterbottom se alzara como mejor director por Génova El volumen de las protestas aumentó al darse a conocer que El nido vacío , de Daniel Burman, acaparaba el reconocimiento al mejor actor (Oscar Martínez) y a la mejor fotografía.

El galardón de la crítica internacional recayó en Paul Thomas Anderson. El premio Fipresci a Tiro en la cabeza , el encendido alegato que hace Jaime Rosales sobre la violencia de ETA, despertó silbidos, aunque los aplausos terminaron silenciándolos.