Fue la actriz mejor pagada y más deseada de Hollywood. Ahora, Demi Moore quiere ser la reina de la moda, encarnando en el cine a Coco Chanel, una leyenda que dio apellido a un estilo y unos olores que definieron elegancia y lujo, pero también una mujer independiente y controvertida. "La diseñadora creció en un ambiente muy pobre, pero consiguió hacerse un nombre por méritos propios. Además, hay que tener en cuenta que en su época todo era mucho más difícil para las mujeres", ha comentado Moore a la prensa estadounidense.

La actriz, de la que últimamente se hablaba más por sus anuncios de cava y baldosas, además de llenar páginas rosas por su amor con Aston Kutchner, añora los tiempos de Una proposición indecente, Algunos hombres buenos e incluso de la portada de Vanity Fair, en la que exhibía su embarazo. Ha cogido sus ahorros y ha comprado (dicen que por una pequeña fortuna) los derechos sobre la biografía que escribió hace unos años Axel Madsen.

Moore quiere encarnar en la pantalla a una mujer que siempre le ha fascinado, cuya vida le ha apasionado, y ha dejado caer que estaría dispuesta a sacrificarse rebajando su cachet, que todavía está en unos 14 millones de euros por película, para que los productores no tengan esa excusa. También se ha interesado en utilizar los vestidos originales de Coco para el proyecto, que se conservan en museos de Francia, pero solo ha logrado que le dejen réplicas.