Uno de los poetas más rabiosamente sociales también ha sido un poeta amoroso, un pensador de la poesía, a la busca de una idea completa de la lírica que uniera el poeta civil y el poeta ensimismado. Así se define Eugenio de Nora (octogenario y lúcido), memoria y presente de la literatura española del siglo XX. Ayer presentó en Cáceres Canción , el volumen ese minúscula de la colección Abezetario promovida por la institución cultural El Brocense. El volumen reúne poemas no sociales ("aunque algunos sean testimoniales") escritos entre 1939 y 2002.

De Nora formó parte de un grupo de poetas (Blas de Otero, Gabriel Celaya, Carlos Bousoño) que a finales de los años cuarenta abrazó el compromiso ético y cultivaron una poesía social, política, que marcó profundamente sus vidas y sus trayectorias. Pero no todo fue esta toma de postura, según deja claro De Nora en Canción . Recorrido por su peripecia literaria, señaló Teófilo González Porras, director de Abezetario, el libro se abre con una serie de poemas sobre la vocación poética, dedica el bloque central al amor y cierra con reflexiones sobre la identidad del poeta. Se lamenta De Nora de este sambenito social. "Blasco Ibáñez aludía a ello cuando decía que iba a ser recordado como el autor de La barraca , escribiera lo que escribiera".

TESTIMONIO DEL MUNDO Por eso, junto a esa vertiente testimonial de su poesía, De Nora defiende la otra veta: la intimista. "Todo poeta auténtico", explicó, "podría tomar como prototipo a Dante, el autor de La divina comedia , pero también De la vita nuova . Si uno no aborda esas dos vertientes, será un poeta menor". La poesía auténtica es un "testimonio del mundo en que estamos y refleja nuestra experiencia".

"La poesía es un trabajo de síntesis --dice el escritor, que por la tarde ofreció una conferencia en el colegio mayor Francisco de Sande--. Para mí, prototipos de poetas clásicos son Garcilaso, un caso de asimilación de la poesía clásica italiana y Fray Luis de León, lleno de lugares comunes, disimulados de la poesía anterior: un poeta sereno y en el fondo lleno de tortura interior".

Nacido en Zacos (León) en 1923, se licenció en Madrid en Filología Románica en la Universidad de Madrid (1947). Fue co-director de la revista de poesía y crítica Espadaña . Entre sus libros figuran Amor prometido 1943, Cantos del Destino (1945), Siempre (1953) y No he de callar (1997).